La capacidad de una ciudad, una región o un país para atraer personas, talento, visitantes, negocios, sedes de empresas o inversiones, y en suma, para generar empleo, bienestar y calidad de vida de sus ciudadanos es uno de los objetivos clave de las políticas territoriales. En la figura 37.1 se aprecia la dinámica del atractivo de Barcelona como sede de empresas. Combina reales capacidades con encanto y appeal.
Vemos en la figura 38.1. el auge trabajoso de Barcelona hasta la posición 10 tras los Juegos Olímpicos de 1992; la consolidación y expansión de la marca Barcelona en punto al turismo y la innovación que lleva la ciudad al puesto 6 en 2000 y al 4 en 2010; y viene la desventurada caída en picado al puesto 11 en 2018.
Auge y caída del atractivo de la ciudad de Barcelona
Fuente: Ferran Brunet (1994), Economía de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Lausanne: Comité Olímpico Internacional; y Ajuntament de Barcelona (2019) en base a Global Power City Index
Nota: En este ranking el puesto 1 corresponde a la ciudad europea más atractiva para la localización de sedes de empresas.
También el atractivo laboral de Barcelona se hunde. Según el Índice Global de Competitividad del Talento del INSEAD, en 2018 sobre un total de 114 analizadas, Madrid es la ciudad 23 mientras que Barcelona ocupa la posición 49.
Madrid tiene bastante mejor futuro laboral que Barcelona. A propósito de la presencia de las grandes empresas Forbes 2000 da a Madrid una puntuación de 56, y de 36 a Barcelona. Las grandes empresas prefieren Madrid a Barcelona.
Conclusión
De la modélica transición democrática y la excelencia de los Juegos Olímpicos al golpe de Estado separatista de 2017 y la violencia en Barcelona en 2019, la ciudad ha pasado del auge a la caída. Ciertamente, es muy difícil y largo mejorar la atractividad, y es muy fácil y breve perderla.