La Vanguardia, líder absoluto de travestismo político en su larga historia, se nos ha puesto moralista y dice que deja X por que se ha convertido «en una red de desinformación«. Sigue el ejemplo de The Guardian y, probablemente, de otros medios de comunicación convencionales y famosos del mundo del espectáculo especialmente los de la izquierda woke.
Nótese que no se dice que en X haya censura sino que no se censura a los que no piensan como ellos. Un medio de comunicación pidiendo censura. ¡Lo que faltaba por ver! Añoran cuando Twitter, y demás redes sociales, eran controladas por los gobiernos que las censuraban a placer.
Poca consistencia deben tener sus argumentos que son derrotados por ignorantes, malvados y mentirosos a los que creen gente desinformada, inculta e insensible, basura en los términos de Biden, que resultan ser la mayoría de votantes. La gota que ha colmado el vaso ha sido la victoria de Trump, a pesar de tener en contra el 80% de los medios convencionales, gastar mucho menos que Harris en la campaña y no tener el apoyo de actores, cantantes y líderes mediáticos, que, al parecer, al menos alguno de ellos, cobraron nada despreciables cantidades de dólares por figurar junto a Harris.
Claro que en X y en las redes sociales hay de todo, conspiranoicos, putinistas , personas que se creen gatos, terraplanistas, amigos de los horóscopos, arribistas, estafadores y toda la fauna humana, como también en los medios convencionales, aunque estos se especialicen en la manipulación y la mentira política.
Pero déjenme que forme mi opinión por mí mismo, que lo prefiero a que lo hagan por mí. Gracias, pero no quiero que piensen y decidan por mí, por muy superiores que sean moral e intelectualmente el director, el actor o el censor de turno. Aunque digan hacerlo por el bien de la humanidad y la salvación del planeta. Por lo visto, no soy un caso único. Hay muchas personas, incluso mayoría electoral en EE.UU, hartas de adoctrinamiento y de inquisidores, de cualquier ideología, aunque ahora la que sufrimos particularmente es la de la izquierda iliberal y woke.
Las razones de verdad
No se engañen, la retórica moralista es otra mentira. La propia nota de LV y las declaraciones de su director en TV3 lo ponen de manifiesto. Lo que les preocupa realmente es que lo que ha pasado en EE.UU pase aquí. Y piensan que saliendo de X frenarán su poder y podrán recuperar su protagonismo y su influencia, que es lo que les da de comer. Se trata de evitar que el ejemplo norteamericano y argentino prolifere y cambien algo más que las caras del poder político, primer paso para el cambio de las elites económicas, culturales y mediáticas.
El enemigo es Elon Musk
Como se expresaba en el titular de Der Spiegel, Elon Musk es el enemigo público para los medios convencionales y el establishment. Trump ya fue presidente y su determinación transformadora es inferior a la de Musk, aunque sólo sea por edad. Musk asusta. Tiene capacidad económica, tecnológica y un discurso político radical contra la hiperregulación y el despilfarro del gasto público que hace crecer sin parar la presión fiscal y el déficit público. Su derrota y el fracaso de las políticas de Milei y Trump, son la garantía de mantenimiento de las clases extractivas, entre ellas las empresas propietarias de medios convencionales, farmacéuticas y de armamento. No verán agresividad alguna hacia Soros o Gates, sin duda los dos millonarios más influyentes en política desde hace mucho tiempo, siempre, eso sí, comandando a las élites dominantes.
He conocido La Vanguardia Española, he visto los cambios de directores y línea editorial para adaptarse al fin del franquismo, al Felipismo, a Aznar, a Pujol, al procès y ahora a la conjunción Illa-Puigdemont. Eso sí, siempre alardeando de independencia y veracidad. Lo entiendo, las empresas están para sobrevivir y adaptarse al mercado, pero sin moralina por favor. No cuela, y lo prueba que, si Elon y Trump no ganan, no se van de X.