Agustí Colomines publica en El Nacional un artículo extrañamente titulado Si un político es un huevón, es huevón. En la versión catalana el título es Quan un polític és un cretí, és cretí. La frase proviene de una canción de Georges Brassens que al final cita, “Quand on est con”, que no tiene nada que ver con la política; el original dice: «Le temps ne fait rien à l’affaire | Quand on est con, on est con!»
Tanto da «con», «cretí» o «huevón», cuando alguien aplica estos epítetos a un político es que como mínimo está decepcionado: «Cuando Oriol Junqueras le dice a Vicent Sanchis que le costaría encontrar a alguien que dijera de él que es una mala persona, la frase me trae a la memoria Trump asegurando a los cuatro vientos que ha roto el techo de un test cognitivo. Cuando el presidente Carles Puigdemont afirma “que nadie se preocupe si tenemos discrepancias”, pienso que debe de decirlo porque en el exilio sólo habla con gente que le dora la píldora.»
Esto es una novedad. Hasta ahora, y ya va para tres años, la cárcel o el exilio eran prueba de legitimidad y fuente de sabiduría. Colomines discrepa abiertamente: «El exilio, como la prisión, aísla.» ¿Está sugiriendo prescindir de los héroes del proceso? No lo dice pero por ahí deben ir los tiros.
Después de afirmar que «resulta difícil encontrar políticos que tengan un poco de credibilidad», se deshace en elogios de Alexandria Ocasio-Cortez, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, adscrita al ala más izquierdista del Partido Demócrata. «Sólo en los EE.UU. una outsider puede hacerse un hueco en la alta política.»
Aquí las cosas son muy diferentes: «En Cataluña, por desgracia, los partidos, viejos o nuevos, son máquinas de control incluso de la opinión publicada.» ¡Quién lo hubieera dicho! Sigue una afirmación inédita en los medios independentistas y más propia de un disidente: «Cuesta mucho sentirse libre en un país donde la política está dominada por un sistema que limita la libertad de expresión.»
Hasta ahora los límites a la libertad de expresión los ponía solamente el represor Estado español, como en el caso del bardo de Waterloo, llamado Valtonyc —autor de cumbres líricas como «A ver si ETA pone una bomba y explota»—; ¿también el sistema catalán limita la libertad de expresión?
«Además, las Ocasio-Cortez catalanas son golondrinas que de momento no hacen verano en unos partidos liderados por machos alfa, encarcelados, exiliados o en el Govern.» ¿En quién debe estar pensando? Porque no se hace una afirmación así sin tener a alguien en mente. Estaría bien aclarar dónde están las mujeres jóvenes que deberían relevar a esos hombres sin credibilidad tan venerados hasta ahora.
También afirma que «el Parlamento es como un parvulario donde se pronuncian discursos infantiles. Incendiarios en la forma pero vacíos de contenido». ¿Como la declaración de independencia de 2017?