Tras protagonizar el pasado 8 de agosto una esperpéntica segunda fuga de España, Carles Puigdemont sigue intentando marcar la agenda política desde Waterloo. Este martes le ha tocado a la espinosa cuestión de la atención a los menores no acompañados, más conocidos como menas, que llegan a España a bordo de las pateras y que son distribuidos desde el Estado por todo el país. El líder de Junts se ha remontado cinco siglos para asegurar que entonces los catalanes podían atender a estos «antepasados nuestros» que eran «víctimas de la guerra o la pobreza».
Citando el libro Girona Vella (1979), de Jaume Marquès i Casanovas, el prófugo de la Justicia ha asegurado que en aquellos tiempos la respuesta de las «autoridades locales» ante estos menores era «alimentarlos, educarlos y enseñarles un oficio con el que pudieran ganarse la vida«. Algo que ahora, según su particular visión de la realidad, no es posible en Cataluña por culpa de España: «Hace 500 años teníamos herramientas y recursos en nuestra manos que permitían resolver problemas», ha asegurado, «500 años después el centralismo sobre el que se edificó la España borbónica nos priva«.
Cataluña fuera del reparto
Curiosa reflexión la del líder de un partido que exige al Estado la cesión de las competencias en inmigración para, entre otras cosas, expulsar a los migrantes irregulares o que pretende que Cataluña quede fuera del reparto obligatorio de menas promovido por el Gobierno central.
Fa mig mil·lenni també hi havia menors no acompanyats. Eren avantpassats nostres, víctimes de guerres o de la pobresa. Al segon volum del llibre Girona vella (1979), l’aleshores cronista oficial de la ciutat, Jaume Marquès i Casanovas, descriu quina va ser la resposta de les… pic.twitter.com/9yeuqudagI— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 13, 2024