Que el separatismo ya no tiene el arranque de otras etapas es una evidencia que constata hasta el CEO, cuyo último barómetro sitúa el anhelo de independencia muy por debajo de quienes prefieren que Cataluña siga siendo parte de España. No parece que el regreso de Carles Puigdemont y la posibilidad de que sea detenido vayan a movilizar a los cientos de miles de personas que en años anteriores llenaron las calles de Barcelona para pedir la ruptura entre Cataluña y España. En este escenario, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en un intento de movilizar a las bases, ha dado a conocer ya algunas de las novedades con las que los separatistas saldrán a la calle en la próxima Diada del 11S.
Por un lado, la ANC ha anunciado que el lema de la Diada de 2024 será Tornem als carrers: independència. Además, para este 11S los asistentes deberán portar la camiseta pertinente, que este año será de color verde claro. La movilización no se centrará en Barcelona y se repartirá en cinco concentraciones que tendrán lugar en la capital catalana, Girona, Tarragona, Lleida y Tortosa. Una buena manera de evitar la imagen de deserción que muchos temen se produciría en el caso de intentar concentrar a los separatistas en Barcelona.
¿Manifestaciones contra la gestión de la Generalitat?
El miedo al pinchazo, además, ha llevado a la ANC, presidida ahora por Lluís Llach, a apropiarse del grave problema de la vivienda y convertirlo en una reivindicación del separatismo, a pesar de que este lleva gobernando la Generalitat desde 2011. Desde entonces hasta ahora, pocas han sido las iniciativas de los gobiernos independentistas tendentes a que la vivienda no se convirtiera en el problema que es hoy en toda Cataluña. La vivienda será el eje de la manifestación que se celebrará en Barcelona. En la ciudad, los separatistas exigirán «una vivienda justa y accesible para todos».
En Girona, la reivindicación será la de una sanidad «digna, con una inversión suficiente para garantizar la calidad». Este objetivo, asegura la ANC, es «poco probable» porque el dinero «se lo queda el Estado». En el caso de Tarragona, los manifestantes exigirán infraestructuras «dignas y de calidad», denunciando fundamentalmente el mal funcionamiento de Rodalies. En Lleida reclamarán «un trato justo para el campo» mientras que en Tortosa la reivindicación será solventar el problema del agua y de los desequilibrios territoriales».
