Tras el fracaso del envite secesionista de 2017, el monolingüismo en catalán es la nueva fijación del separatismo. Alegando que nos hallamos en una supuesta emergencia lingüística —pese a que los datos evidencian el conocimiento del catalán nunca había sido tan alto como en la actualidad—, el Govern en funciones de ERC aprobó un decreto para blindar el veto al castellano en la escuela, que venía a desarrollar la norma aprobada junto a los socialistas en febrero de este año para frenar la aplicación de la sentencia del TSJC que obligaba a impartir un mínimo de un 25% de asignaturas en castellano. Sin embargo, como informamos en ElLiberal.cat, el decreto ha sido suspendido por el TSJC a instancias de una demanda de la AEB.
Ahora, la Generalitat junto a otras organizaciones nacionalistas han iniciado una guerra legal contra la suspensión del decreto. El Govern, que sigue en funciones lo ha recurrido justificando que carece de fundamento, pues el decreto no supone un perjuicio «real y efectivo respecto al alumnado catalán» y que «no se ha aportado justificación alguna a tal efecto». «Los defensores de la escuela monolingüe en catalán se han tomado muy mal la suspensión del Decreto Lingüístico. La AEB se enfrenta a la Generalitat, Plataforma per la Llengua, Juristes per la República y Advocats d’ Osona», explica la AEB en X, citando también los lobbys nacionalistas que han declarado la guerra a la suspensión del decreto.