El presidente Torra sigue teniendo claro cuándo serán las elecciones, pero se reserva anunciarlas ante los rebrotes, informa La Vanguardia. La disolución del Parlamento y consiguiente convocatoria electoral es una prerrogativa del presidente. La elección de la fecha está sometida siempre a distintas variables, entre las cuales nunca deja de haber la conveniencia del propio partido. ¿Está ganando tiempo para que se consolide la candidatura del partido puigdemontista?
Haciéndose el interesante en la rueda de prensa posterior a la reunión de su gobierno, Torra afirmó: «Sigo teniendo clara la fecha de las elecciones, pero (…) cuando de golpe el país vive un momento de emergencia como éste, mi prioridad es orientar todos los esfuerzos aquí, no despistarnos.» Son cuestiones de muy diferente naturaleza. Nadie se va a despistar, nadie va a dejar de atender a los enfermos ni de ir a trabajar por el simple hecho de saber que dentro de unos meses tocará ir a votar, si las circunstancias lo permiten, por supuesto.
Al fin y al cabo, fue el mismo Torra quien, primero en enero, al comprometerse a convocar elecciones después de que se aprobasen los presupuestos, y después en junio, aún en estado de alarma, reconoció que la legislatura no tiene «recorrido político».