«Si no es española, no es izquierda». Este lema de vocación provocadora, enarbolado por Izquierda Española en la campaña del 9J, ha planeado sobre los discursos de todos los participantes del acto central de la formación, celebrado hoy en Barcelona. El primero en intervenir ha sido el candidato barcelonés Marc Luque, que ha negado que el PSC sea un «asidero» para los catalanes contrarios al secesionismo por su «complicidad con el nacionalismo fragmentario». Una ideología que, ha advertido, quiere que Cataluña sea «una, grande y libre».
Por su parte, el delegado de la formación en Cataluña, el profesor Ricardo García Manrique, ha recordado que el «nacionalismo es la privatización de la política», lo que lo convierte en «ilegítimo». En este sentido, ha aclarado que la ciudadanía española pasa por «considerar a todos nuestros ciudadanos por igual». «Nadie es más que nadie», ha subrayado.
Contra la plurinacionalidad
Manrique ha dado paso a un histórico del constitucionalismo catalán, el catedrático y fundador de Ciudadanos Francesc de Carreras, que ha señalado que «todos los partidos llenan un hueco e Izquierda Española no es una excepción». Y es que, a su juicio, el resto de formaciones de izquierdas «consideran a España un Estado plurinacional», pues solo desean complacer a los «partidos que explícitamente desean destruir España: los independentistas».
Finalmente, el líder de Izquierda Española, el abogado laboralista Guillermo Del Valle, ha tomado la palabra para cargar contra la amnistía, una «ley especial para los poderosos». «Y los privilegios nunca serán de izquierda», ha enfatizado. Sobre el resto de partidos que se oponen al secesionismo, ha recordado que el PP no le interesa tanto que en Cataluña se conculquen «derechos fundamentales» como cocinar una pacto fiscal con el poder económico para «triturar la igualdad entre españoles». En cuanto a Vox, los ha tildado de «nacionalistas identitarios» que no defienden a ciudadanos sino a «tribus».
«El Estado de Derecho, patrimonio de los débiles»
En lo que respecta a los socialistas, ha indicado que el «principio de ordinalidad» que propone Illa se traduce en que «reciban más los que pagan más», lo cual es «cargarse la solidaridad». En cambio, ha vindicado que su formación apuesta por el Estado de Derecho, «el patrimonio de los más débiles», frente a la segregación y xenofobia del nacionalismo étnico. Y ha vaticinado que el resultado de IE el 9J «sorprenderá a muchos». «El verdadero voto útil es el que no se traiciona a sí mismo», ha aseverado.