Lo que es deseable para el conjunto de España no lo es para el nacionalismo catalán. Al menos, esto es lo que se desprende de que los acuerdos entre las grandes fuerzas del país sean tan mal recibidos por el separatismo. Así ocurrió ayer por la tarde en el Congreso en el debate final de las conclusiones de la comisión de reconstrucción tras la Covid-19, en el que el PP y Ciudadanos acordaron pactar con el Gobierno algunos puntos de los que se votarán hoy —en concreto, los documentos sobre sanidad pública y la UE—. Sin embargo, la mayoría de las formaciones nacionalistas —entre ellas, las catalanas— adelantaron su rechazo a estos acuerdos y alertaron de posibles consecuencias por haber sido orillados.
El más contundente en sus críticas fue el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que aseguró que el «fantasma del jacobinismo, el de la recentralización» ha sobrevalado la Comisión y que los acuerdos principales se han tomado principalmente entre PSOE y PP. Así, Rufián juzgó «insuficiente que la respuesta a todo esto se cierre en una especie de Juan Palomo entre PP y PSOE: yo me lo guiso, yo me lo como». En cuanto a que se hayan aparcado las diferencias ideológicas para alcanzar dichos acuerdos, Rufián extrajo la siguiente conclusión: «Cuando alguien te dice que no es ni de izquierdas ni de derechas, es que es de derechas». Por todo ello, los republicanos han avanzado que votarán en contra del documento sobre reactivación económica.
«Conclusiones recentralizadoras»
Por su parte, sus socios en el Govern de la Generalitat, Junts Per Catalunya, también criticaron que las «conclusiones recentralizadoras» de los acuerdos, sobre todo de los que conciernen a Sanidad. «No entran en el fondo de la cuestión», afirmó el diputado de de JxCat, Ferran Bel. Ante dicho panorama, la formación nacionalista anunció que votará sí en el documento de la Unión Europea, se abstendrá en el apartado económico y rechazará los que hacen referencia a Sanidad y políticas sociales.
Pero el rechazo más contundente, como algunos esperaban, provinó de la CUP. La portavoz de la formación antisistema, Mireia Vehí, sentenció que lo acordado es «papel mojado» y resulta «impracticable con el acuerdo que se ha alcanzado en la UE». Debido a estas razones, los anticapitalistas votarán hoy en contra de todas las partes del dictamen.