Entrevista a Carles Puigdemont, a propósito de su libro, pero destinada a repetir la consigna: Tenemos que ser capaces de preparar el control del territorio.
Lo que nos puede deparar el futuro, si lo dejamos en manos de alguien como él, está contenido en esta pregunta y esta respuesta:
«—El miedo del conflicto. El miedo de los muertos. El miedo de la confrontación, ¿cómo se supera? Porque esto fue determinante en 2017. También puede serlo en el futuro. ¿Cómo evitar que vuelva a frenar?
»—El miedo es normal. Y es esperable que una persona, ante un conflicto que puede conllevar violencia y víctimas, tenga temores. Y yo los tendré siempre (…) Cualquier gobernante debe tener temores ante este tipo de escenarios. Lo que hay que preguntarse es qué hacer en ese momento.»
Y en la siguiente:
«—¿Y qué hacer en ese momento?
»—No os lo adelantaré (…) Nosotros no tenemos que poner la violencia, [pero] la violencia es algo muy diferente de la resistencia activa y otras cosas.»
El protagonista del libro pide que «sea leído de manera pausada» y que «la gente llegue a su propia conclusión como personas adultas y maduras» (…) Debemos darles los elementos para que saquen sus conclusiones para poder volver a hacerlo. De hecho, estamos volviendo.» Sobre el conflicto desencadenado en el otoño de 2017, afirma: «Teníamos a la gente solamente, aquel octubre. No los teníamos, a los Mossos (…) y no los tendremos.»
Finalmente, presenta su idea, realmente fantástica, sobre un golpe de estado en la actualidad: «En el mundo del siglo XXI, donde tenemos una herramienta más poderosa, seguramente, que un cuerpo policial [muestra el móvil], ¿hemos de estar pendientes de poner en tensión un cuerpo policial para tener el control de territorio? Que al final es control de personas. No sólo control físico sino de personas. Debemos ser capaces de preparar el control del territorio, y tenerlo a punto cuando volvamos a encontrar aquella pared que España siempre tiene preparada.»