Dos de los expresidentes de la Generalitat más extremismas que ha tenido Cataluña, Quim Torra y Carles Puigdemont, se han dado la espalda. Desde que Puigdemont anuncio su candidatura a la presidencia de la Generalitat, el grueso del separatismo neoconvergente ha aplaudido públicamente su decisión. Pero ha habido una excepción notoria: Quim Torra. Este expresident, conocido por sus declaraciones supremacistas —llegó a calificar de «bestias taradas» a los catalanes castellanohablantes—, como es sabido, fue designado por el propio Puigdemont. Sin embargo, ello no ha impedido que, tras la candidatura del exalcalde de Gerona, Torra haya guardado un significativo silencio.
Este silencio no sorprenderá a quien recuerde que, en noviembre pasado, Torra criticó duramente a Puigdemont por entender que sus pactos con el socialismo suponían una traición al ala más dura del secesionismo. «Ni los pactos ni la amnistía son ninguna victoria, sino la constatación de que los firmantes han optado por el sobreseimiento de lo que la mayoría del pueblo de Cataluña se proponía hacer en el 2015, con el mandato obtenido de las elecciones de septiembre», denunció. Y es que, a su juicio, «los pactos políticos y la amnistía presentada son una enmienda a la totalidad a ese proceso».