El nacionalismo suele presumir de que Cataluña es una «Terra d’acollida». Sin embargo, la asfixia identitaria propia de la ideología nacionalista, que se recrudeció en los años del procés, no parece constituir un imán para los habitantes de otras partes del país, sino más bien todo lo contrario. Y es que, según un reportaje publicado en el diario vasco El Correo, Barcelona es la provincia de la que más jóvenes se marchan; y Madrid la provincia a la que más llegan. Así, mientras de Barcelona se mudan 25.640 jóvenes, a la comunidad madrileña llegan 58.190. Concretamente, Barcelona pierde 100.840 residentes juveniles y gana 75.000, mientras que Madrid pierde 132.740 pero gana 190.660.
Tras la región catalana, las provincias que más ciudadanos jóvenes pierden para marcharse a otras comunidad son las siguientes: Jaén, Cádiz, Córdoba y Vizcaya. Por el contrario, las provincias que más habitantes de escasa edad ganan después de Madrid son: Baleares, Málaga, Toledo y Tarragona. «La libertad es y será siempre más atractiva que el nacionalismo», ha comentado, tras difundir la noticia en redes sociales, el portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona y coordinador del partido en Cataluña, Juan Milián.