Lo que Isabel García Pagán llama el esprint de Puigdemont y Junqueras, anuncia el combate final que muy bien podría volver a quedar en tablas.
Junqueras aprovecha el tiempo fuera de la cárcel para hacer gestiones y relaciones. El mismo viernes «llamó por teléfono a Quim Torra para ponerse “a disposición” y recordarle que su correa de transmisión es el vicepresident Aragonès, con quien despachó el sábado». También llamó a «Josep González, de Pimec, su sucesor, Antoni Cañete; el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell; el secretario general de UGT, Pepe Álvarez; los líderes sindicales en Catalula, Camil Ros y Javier Pacheco. Siempre con el mismo mensaje: Ofrecimiento de colaboración con él y Aragonès como interlocutores».
Mientras «los republicanos avanzan al esprint como si las elecciones fueran a celebrarse el 4 de octubre», «en el entorno de Carles Puigdemont ven esa opción cada día menos probable a medida que se complica la situación sanitaria. El expresident ha fijado la hoja de ruta de su nueva formación pidiendo a sus colaboradores que se desentiendan del calendario electoral. Así, el proceso congresual del nuevo Junts arranca este sábado y acabará el 3 de octubre».