El Ejecutivo aún mantiene esperanza de que el catalán sea oficial en la Eurocámara y, de esta manera, complacer a sus socios separatistas, con los que se comprometió a que así fuera. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, remitió el pasado viernes una nueva carta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para que el catalán, el gallego y el vasco puedan utilizarse en las intervenciones parlamentarias: «Los animo a que lo hagamos, porque no veo mucha dificultad al hecho que el que está reflejado en nuestra constitución y hacemos en el Congreso se pueda hacer en la Unión Europea».
Albares ha recurrido al argumento de que dichos idiomas forman parte de «nuestra identidad nacional», y ha subrayado que el Gobierno español está dispuesto a sufragar íntegramente el coste de la iniciativa. Asimismo, ha asegurado que el partido socialdemócrata europeo está por la labor y que solo «falta el Partido Popular Europeo». Los socialistas también aseguran que con la presidencia en manos de Bélgica —país con fuertes divisiones sociales y lingüísticas—, la situación es más propicia. Si bien, como contamos en ElLiberal.cat, el asunto ha brillado por su ausencia en todos los debates mantenidos hasta el momento.