El socialista Pedro Sánchez comienza ya a saber lo que es depender de una formación tan volátil como Junts. O, mejor dicho, que Carles Puigdemont tenga desde Waterloo la sartén del Gobierno de España somete a este a una sucesión de inseguridades y cesiones que puede llegar a ser insufrible. En esta relación, muy similar a la que mantuvo la formación con ERC en el Govern hasta que Pere Aragonés dio un golpe sobre lo mesa y decidió gobernar en minoría, se vive ahora un nuevo capítulo a raíz de la propuesta del PSOE de que sea la exministra Carmen Calvo quien presida el Consejo de Estado. Una propuesta a la que, como era de esperar, se oponen los posconvergentes.
Según recoge El Nacional, Junts ya habría comunicado al PSOE su rechazo a este nombramiento. Doctora en Derecho Constitucional, Calvo deberá someterse este jueves al interrogatorio de la Comisión del Congreso para demostrar su idoneidad para el cargo. Será entonces cuando se escenifique la postura de la derecha separatista catalana, cuyo rechazo a la exministra obedece a que esta no apoyó en 2021 la amnistía para los condenados por el procés. Y eso a pesar de que Calvo ha intentado estos últimos meses negar lo que entonces afirmó, ante la necesidad que tiene el PSOE de contar con los votos de los siete diputados de Junts para mantener el Gobierno. Mientras tanto, unos y otros continúan negociando el futuro de la ley de amnistía tras haber sido rechazada en el Congreso con el voto en contra de Junts.