Aquellos tiempos en los que el Zoo de Barcelona era punto obligado de visita para barceloneses y turistas, que querían ver de cerca animales extraordinarios como la Orca Ulises, los delfines o el famoso gorila albino, Copito de Nieve, ya forma parte del recuerdo de la historia de la ciudad. Ayer domingo, el Ayuntamiento anunciaba que los tres últimos cetáceos que quedaban en cautividad en el Zoo, fueron entregados al Attica Zoological Park de Atenas, en Grecia.
El traslado se realizó en avión, tomando las medidas necesarias para garantizar en todo momento el máximo bienestar de los animales. Además, un equipo de cuidadores del Zoo se trasladó hasta Atenas para garantizar la correcta adaptación de los delfines a las nuevas instalaciones.
Sorprende que el destino de los cetáceos sea nuevamente otro zoológico, cuando el compromiso del gobierno de Ada Colau era buscar un lugar donde los animales estuviesen en semi libertad.
Los tres delfines, Nuik, Tumay y Blau, forman parte del Programa Europeo de Especies en Peligro de Extinción y llevaban un par de años esperando nuevo destino para ser trasladados. A finales de 2019, murió Anak, la delfina más longeva del Zoo con 34 años.
La Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos advirtió al Ayuntamiento de Barcelona en 2014, en aquel momento gobernado por Xavier Trias (CiU), que los delfines no podían continuar en el actual delfinario porque la instalación no cumplía con las condiciones requeridas. Por lo que se diseñó un proyecto para crear una nueva instalación para los delfines que debía estar lista antes de 2019 por valor de 10 millones aproximadamente. Pero la llegada de Ada Colau a la alcaldía dejo ese proyecto en un cajón, con el apoyo de ERC y CUP.
Del proyecto del Zoo Marino al desalojo de especies
El debate sobre mejorar las instalaciones del Zoo de Barcelona lleva 20 años encima de la mesa, pero parece que con los Comunes de Ada Colau en la alcaldía, las opciones de mantener un zoológico como el actual se complican. La alcaldesa tiene claro que especies como las focas, delfines, camellos o tigres no pueden continuar en las instalaciones del actual Zoo.
La apuesta es un nuevo modelo de zoológico especializado en la fauna de los ecosistemas mediterráneos, por lo que supondría que un centenar de especies que no son de este biotopo dejen de residir en Barcelona. Antes que los delfines, se trasladaron dos focas al Zoo de Hungría, lo que demuestra que poco a poco Colau esta desmantelando el Zoo de Barcelona.
Paradójico que, en los años 90, con Joan Clos como alcalde, Barcelona tenía previsto un ambicioso proyecto, que apostaba por la construcción de un nuevo zoo marino en el litoral barcelonés junto al Fòrum, con un presupuesto de 200 millones de euros. Este equipamiento debía suponer la liberación de espacios en la Ciutadella, ya que todas las especies marinas se trasladarían a unas instalaciones abiertas al mar con mayor calidad de vida para los animales, entre ellos los delfines. Pero el gobierno de Trias decidió dar carpetazo al proyecto y apostar por modernizar las instalaciones de la Ciutadella.
Con Colau parece que el zoo esta más sumergido en un proceso de desahucio que de reconstrucción. Un hecho que ha provocado desencuentros con los trabajadores del zoo y críticas de la oposición en el consistorio barcelonés.
Algunas de las opciones que se barajan pasan por convertirlo en un zoo de realidad virtual, lo que supondría suplir los animales reales por animales digitalizados, propuesta realizada por Zoo XXI. Y la más controvertida es cerrar el zoo definitivamente, tal como plantean algunas asociaciones de animalistas y plataformas vecinales, que supondría destinar las instalaciones del zoo a la ampliación del Parque de la Ciutadella.