Finalmente, el Gobierno ha salido al paso del espionaje a miembros del Govern negando que estos hecho guarden alguna vinculación con él. En una entrevista en Eldiario.es, la vicepresidenta primera del Gobierno central, Carmen Calvo, ha asegurado que ni este Ejecutivo ni el anterior —también socialista— tienen nada que ver con el espionaje que han sufrido los móviles del presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, y del exconsejero de Exterior, Ernest Maragall.
«Este gobierno no espía a nadie. A los adversarios políticos no se les espía, se les reconoce que están allí, dialogamos con ellos», ha relatado Calvo en la entrevista. En este sentido, ha recordado que el Ejecutivo actual apuesta por el diálogo, sentándose a la mesa «con dos partidos que gobiernan Cataluña y que son independentistas, con los compañeros del señor Torrent».
Aragonés afirma que el espionaje no impide la mesa de negociación
Por lo que respecta a los damnificados por el espionaje —el gobierno catalán y, en particular, miembros de ERC— el vicepresidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonés, manifestó ayer en una entrevista publicada en el diario El País que Esquerra, por mucho “espionaje y represión que haya”, no piensa regalar la “bandera del diálogo a un Estado con indicios de comportamiento irregular”.
Preguntado a continuación sobre si tenía pruebas de que el Gobierno estuviera detrás de los ataques, Aragonés se limitó a aseverar que se ha constatado que se producido un hackeo de los móviles de Torrent y Maragall y que se ha efectuado con un «programa que poseen los servicios secretos españoles». «Lo que me pregunto es cómo es posible que la Fiscalía no haya abierto ninguna investigación de oficio. Si fuera al revés, seguro que ya lo habría hecho», aseguró.