En mi artículo “La legislatura no está blindada” publicado en este diario el 18 de noviembre de 2023 sostuve la tesis de que pese al lógico alborozo de la bancada socialista al sacar adelante la bochornosa investidura de Sánchez, gracias a haber registrado el grupo socialista (PSOE-PSC) dos días antes la proposición de Ley Orgánica de Amnistía (PLOA), redactada al alimón por el PSOE y Junts entre Bruselas y Ginebra, la XV Legislatura no estaba ni mucho menos blindada como pretendían convencernos los líderes del PSOE. Asomaba en el horizonte su fea cabezota la exigencia de Junts y ERC de celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña para sustituir el mandato del 1-O, así lo llaman siempre ellos, una exigencia a la que se sumaron rápidamente los otros dos avalistas de Sánchez en El País Vasco: EH Bildu y PNV.
Pese a la desconfianza que suscita el PSOE de Sánchez capaz de defender con rotundidad e igual firmeza posiciones diametralmente opuestas en cuestión de horas, días o semanas, daba en el precitado artículo por descontado que el alcance de la PLOA estaba ya acordado y bien cerrado y la incertidumbre sobre el futuro de la Legislatura quedaba en suspenso hasta el momento en que, una vez aprobada la amnistía y con el prófugo ya libre de cargos en España, se planteara acordar con Sánchez la fecha del referéndum de autodeterminación en Cataluña, quizás cuando llegara el momento de aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Pero mis cálculos resultaron en exceso optimistas. El prófugo y su entorno encontraron algunos agujeros en la PLOA y el PSOE y Junts mantuvieron una tensa negociación hasta el mismo momento mismo de la votación y Junts se inclinó finalmente por sumar sus votos a los del PP. VOX, UPN y CC para tumbarla.
Junts tiene la certeza de que con el actual redactado el prófugo podría no escapar de la acción de los jueces que investigan la trama rusa y Tsunami
Hay dudas de que el estropicio que se consumó el martes 30 en el Congreso pueda arreglarse en las próximas semanas. Junts exige incluir en la amnistía todos los delitos posibles relacionados con el proceso secesionista, incluidos los de traición y terrorismo investigados por los tribunales, y el PSOE dice que no va a modificar una ley que considera “impecable, plenamente constitucional y conforme al derecho comunitario”. La situación es harto complicada para los dos partidos. El PSOE considera que, caso de hacer más concesiones, la Ley podría ser rechazada por las instituciones de la UE, y Junts tiene la certeza de que con el actual redactado el prófugo podría no escapar a la acción de los jueces que investigan la trama rusa (caso Voloh) y su papel al frente de Tsunami Democràtic, una organización cuyas actividades terroristas investiga la Audiencia Nacional. Por otra parte, el PSOE es plenamente consciente de que en caso de no contar con el respaldo de los siete diputados de Junts, la XV Legislatura carece de recorrido, en tanto el prófugo y su partido saben que sus aspiraciones de recuperar la hegemonía política en Cataluña se desvanecerían si dejan caer a Sánchez y éste se ve abocado a convocar elecciones generales.
Rajoy erró de llenó al creer que la vicepresidenta Sáenz de Santamaría podía encontrar puntos de encuentro con el gobierno de la Generalidad en pleno auge del proceso secesionista y dedicó demasiados meses a contemporizar mientras las instituciones de autogobierno aprobaban la Ley del referéndum de autodeterminación y la Ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la república y preparaban el referéndum ilegal celebrado el 1 de octubre de 2017 (1-O). Se ha hablado mucho de que el CNI espió a los indefensos líderes secesionistas, pero mi opinión es exactamente la contraria: se los espió tan poco que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fueron incapaces de detectar siquiera cómo llegaron las urnas a los colegios y centros dependientes de los Ayuntamientos donde se realizaron las votaciones el 1-O y cómo se financió la operación. Rajoy siempre fue a remolque, como pidiendo perdón, y dejó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad cayeran en la trampa que les habían tendido los Comités de Defensa de la República el día de la votación.
La convivencia no ha mejorado un ápice en Cataluña, lo que ha cambiado es la disposición del gobierno de España a amnistiar a los responsables del ataque más grave que ha sufrido nuestra democracia desde 1978
Sánchez siempre ha achacado la culpabilidad del proceso secesionista al talante poco dialogante del gobierno de Rajoy y ha contrapuesto los graves sucesos acontecidos de 2016 y 2017 con el clima de convivencia que su talante dialogante ha logrado crear. Esta tesis hace aguas se mire como se mire. La convivencia no ha mejorado un ápice en Cataluña, lo que ha cambiado es la disposición del gobierno de España a amnistiar a los responsables del ataque más grave que ha sufrido nuestra democracia desde 1978, incluidos el golpe militar de 1981 y el terrorismo desplegado por ETA durante décadas. Ni uno ni otros pusieron contra las cuerdas al Estado de Derecho, sino que por el contrario reforzaron la voluntad de los partidos mayoritarios de preservarlo y reforzarlo. Lo mismo que ocurrió cuando Junqueras y el resto de los cabecillas del proceso secesionista fueron detenidos primero, juzgados y condenados después, y entraron en prisión finalmente para cumplir las penas impuestas.
Al gobierno de Rajoy se le puede achacar altas dosis de ingenuidad, al gobierno de Sánchez y al grupo socialista en el Congreso de connivencia pura y dura con los golpistas. De ninguna otra forma cabe interpretar haberse prestado a presentar la PLOA para satisfacer las exigencias del prófugo y escuchar en silencio desde sus escaños las graves acusaciones formuladas por las diputadas Nogueras (Junts) y Vallugera (ERC) en el hemiciclo durante el debate del 30 de enero, a las que se sumó también el diputado Pisarello de la coalición Sumar, contra los jueces que han investigado y juzgado los delitos cometidos por los líderes del proceso y su entorno. Viendo lo ocurrido uno se siente tentado a dar la razón a quienes sostienen que el Gobierno de España no tiene su sede en La Moncloa sino en la casa de la república catalana en Waterloo desde donde el prófugo ejerce de presidente de la república en el ‘exilio’.
Las víboras que pueblan el yermo pedregal en que se ha convertido Cataluña podían atizarle un mordisco mortal en cualquier momento
En un artículo más reciente (“Abróchense los cinturones”, El Liberal, 13 de enero de 2024) decía que Sánchez dio la clave de la XV Legislatura recién iniciada cuando, tras perder una de las tres primeras votaciones en el Congreso y sacar adelante las otros dos Reales Decretos por un margen estrechísimo (172-171), declaró que seguirían buscando votos debajo de las piedras para dar estabilidad al Gobierno. Junts se abstuvo ese día para facilitar la pírrica victoria de Sánchez, pero dejó claras sus intenciones de convertir la Legislatura en una agonía permanente. La votación perdida el 30 de enero demuestra, como anticipaba en ese artículo, que las víboras que pueblan el yermo pedregal en que se ha convertido Cataluña podía atizarle un mordisco mortal en cualquier momento. El botiquín del PSOE cuenta con antídoto para un mes, día más día menos, y todo queda pendiente de si la PLOA sale adelante con los blindajes indecentes que exige Junts, o si por el contrario el prófugo llega a la conclusión de que la impunidad a medias no le basta y decide rechazarla.
Ya no cuela descalificar a quienes se oponen al turbio mercadeo de Sánchez englobándonos en su imaginaria ‘fachosfera’. A la profunda desazón de tantos y tantos líderes históricos del PSOE por la incomprensible deriva de su partido, se suman infinidad de votantes socialdemócratas y centristas que se identifican plenamente con el expresidente González cuando, preguntado sobre su posición sobre la amnistía, respondió “usted la sabe perfectamente, la misma que tenía el Gobierno antes del 23 de julio”. Aunque la mordedura de Junts no ha resultado mortal en esta ocasión, sí ha permitido constatar que Sánchez ha dado demasiados pasos en falso y ahora ni puede echarse atrás retirando la PLOA que ha defendido con tanto ardor dentro y fuera del Congreso ni introducir modificaciones que podrían rechazar las instituciones europeas. La única salida razonable que le queda a Sánchez es convocar elecciones generales para no alargar una Legislatura que zozobra nada más echar a andar y sólo puede llevarnos a Perdición si la amnistía saliera adelante.