Tanto los partidos como las principales entidades separatistas están viviendo crisis internas ante el escenario político que dibuja la ley de amnistía. Por una parte, el sector más moderado o pragmático de Junts no comparte la decisión de haber tumbado la medida de gracia en el Congreso. Una de las discrepancias más sonadas ha sido la del ex consejero de Interior Miquel Sàmper, que ha remitido una carta a la dirección de la formación neoconvergente para darse de baja por su disconformidad ante la estrategia maximalista de Junts. En una entrevista en La Ser, la presidenta de Junts, Laura Borràs, ha explicado que se trata de una decisión personal de Sàmper y que no puede hacer más que respetarla.
Por su parte, la crisis interna de la Assemblea Nacional Catalana, presidida por Dolors Feliu, se ha recrudecido después de que más de 130 cargos de la entidad hayan rubricado «a título personal» un manifiesto en contra del proyecto de lista cívica para los próximos comicios. El objetivo de dicha lista, presentada el mes pasado por Feliu, es convertir las elecciones venideras en un nuevo «plebiscito» sobre la secesión. No obstante, los críticos que han firmado el manifiesto señalan que «esta transgresión compromete su carácter transversal y activista, es altamente divisiva y amenaza nuestra unidad en un momento muy delicado de nuestra historia».