La crispación en la calle producto de la amnistía no remite. Ayer, los que se concentraron en Ferraz fueron el doble —entorno a unos 8.000— que el lunes, según la Delegación del Gobierno. Además, algunos de los manifestantes cortaron el tráfico en la Gran Vía y la situación derivó en batalla campal, con cargas y heridos. Ante este escenario, con visos de prolongarse, el PP se ha desmarcado condenando lo ocurrido. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió que las protestas «partan del respeto y la ejemplaridad».
Por su parte, la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, señaló en redes que «nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría. Mi rotunda condena».
«Lo primero que quiero hacer es mostrar mi respaldo a los cuerpos y fuerzas de seguridad y condenar los actos vandálicos. Espero que sean detenidos y juzgados», denunció también la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
Mientras, los partidos separatistas y sus medios afines, cuya tibieza ante la violencia desatada tras la sentencia del procés ha sido denunciada en varias ocasiones, se ha envuelto en un dramatismo inédito contra lo ocurrido. «El ultranacionalismo español que en otras ocasiones ha actuado en Catalunya, estos días extiende la violencia en las calles de Madrid. Mi solidaridad con los vecinos, partidos políticos e instituciones afectados por estos disturbios de los enemigos de la democracia», ha sentenciado el president Pere Aragonès.
Por su parte, el aún prófugo de la Justicia Carles Puigdemont ha ironizado: «Después de lo que está ocurriendo en Madrid, ¿a qué hora sale el rey a hacer el mensaje ordenando ir «a por ellos»? ¿O es que está «con ellos”?».