Cataluña no está mejor que en 2017, como asegura el Gobierno de Sánchez. Ésta es la ficción que ha tratado de desmontar el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un desayuno informativo celebrado en Barcelona y con la presencia del expresidente de Ia Generalitat, José Montilla —el único president no explícitamente nacionalista que ha tenido la comunidad catalana—. «Cataluña necesita la revolución de la verdad y la revolución de la política de la verdad, que se preocupa delos problemas de los ciudadanos y no de los políticos», ha aseverado. Y es que, ha recordado, «lamentablemente, Cataluña ha estado inmersa en una espiral de mentiras intensivas que han dañado su economía, su sociedad y sus instituciones».
En relación a la investidura, Feijóo la ha tildado de «mascarada». «El candidato socialista es un mero actor de reparto esperando a que el director le diga si entra o no en escena», refiriéndose a Carles Puigdemont. Pese a ello, Feijóo ha reconocido una viraje en la relación de los populares con los nacionalistas, y ha admitido contactos «indirectos» con Puigdemont, sobre el que ha dicho que al menos no miente: «Todo el mundo sabe lo que pide». «Sin normalizar las relaciones con el nacionalismo catalán, desde la discrepancia, no vamos a poder mejorar el bienestar de los catalanes», ha justificado.