Nuevas dificultades en el camino a la oficialidad del catalán en la UE. Al menos dos delegaciones, la de Letonia y Lituania, se han posicionado nítidamente en contra de modificar el reglamento que rige el uso de las lengua oficiales de la Unión Europea para incluir el catalán, euskera y gallego. Su rechazo ha quedado en evidencia en el debate de apenas media hora que ha tenido lugar en el Consejo de Asuntos Generales de la UE en Luxemburgo. En cualquier caso, el debate seguirá a nivel técnico porque un mayor número de socios sí se abren a seguir debatiendo aspectos del asunto como su coste o su encaje legal.
El rechazo de Letonia ha trascendido incluso antes del debate, pues a su llegada, el ministro de Asuntos Exteriores y exprimir ministro de Letonia, Krisjani Karens, en declaraciones a los medios ha señalado que no creía que el reglamento lingüístico europeo fuese a ser modificado dado que los Veintisiete «tienen otros problemas geostrátegicos en su agenda a los que dedicar tiempo y en los que centrarse». Ya en la reunión, tanto él como su colega, Gabrielius Landsbergis, han recelado del «impacto político» que la medida pueda tener en otros países, incluidos los suyos, donde una minoría habla ruso.
«Un caso único»
Para disipar el temor a un efecto contagio, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha explicado ante los ministros europeos que el caso español no es asimilable a otros: «Explicaré el hecho de que esta reforma se circunscribe exclusivamente a España por unas circunstancias y unas condiciones muy específicas que convierten las lenguas cooficiales españolas en un caso único».