La borrasca Aline ha llevado al Ayuntamiento de Barcelona a activar el plan municipal de emergencias y a prohibir el acceso a todas las playas de la ciudad ante la previsión de fuerte oleaje. Está previsto que las olas puedan alcanzar los 2,5 metros de altura, según ha informado el Consistorio en sus redes sociales. Ante esta situación, además, el. Ayuntamiento ha prohibido también el acceso al agua y la bandera roja ondea en todos los arenales de la capital catalana.
El Consistorio ha recordado que, en esta situación, no se debe acceder al Paseo Marítimo ni a las escolleras. Se permite la práctica de deportes como el surf y el surf de vela, aunque la Guardia Urbana podría prohibirlo «de manera expresa si hay un riesgo grave«. Además, ante la previsión de mal tiempo, los operarios municipales han procedido a retirar el mobiliario y equipamiento urbanos que pudieran verse afectados por las olas y «se han canalizado rieras y estructuras pluviales para evacuar el agua de las posibles crecidas».