Informa Nació Digital que el gobierno de la Generalitat rechazó las ofertas de apoyo logístico de Sanidad para contener los brotes del Segrià. No es precisamente un digital hostil al independentismo el que cuenta los detalles de este rechazo: «¿Cómo se han relacionado en las dos últimas semanas el Ministerio de Sanidad y el Departamento de Salud para tomar decisiones sobre los brotes del Segrià? Las competencias han vuelto a la consejería desde que se levantó el estado de alarma, si bien el contacto entre los técnicos del gobierno español y la Generalitat no ha dejado de ser diario. Ahora bien, esta relación permanente —ampliada en reuniones bilaterales entre administraciones en las dos últimas semanas— no se ha traducido en una suma de sinergías para gestionar la crisis sanitaria en el Segrià. Según las fuentes del Ministerio de Sanidad consultadas por Nació Digital, el Ejecutivo estatal ha ofrecido apoyo logístico en varias ocasiones, que Salud ha declinado por entender que ya tenían cubierto el flanco del análisis de datos.»
¿Cómo se puede rechazar una ayuda, cuando se trata de salvar vidas? Que en esto no cabe el estira y afloja acostumbrado entre administraciones por ver quién se pone más medallas al final.
«El ofrecimiento continuado incluía la posibilidad de hacer evaluaciones de riesgo conjuntas y análisis técnicos de la situación en el Segrià. También se ofreció apoyo de los profesionales que integran el CCAES [Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias], que dirige Fernando Simón.»
No hace falta un doctorado en epidemiología para ver que en casos así toda ayuda es poca: «Uno de los déficits detectados en el Segrià es la falta de rastreadores para determinar qué personas han estado en contacto con positivos de covid-19. En el proceso de desescalada no se amplió el número de efectivos de salud pública. Y, sin la posibilidad de definir la trazabilidad del virus, la contención de los brotes es mucho más compleja. Varios profesionales sanitarios han alertado en los últimos días que el Departamento de Salud no dispone de los efectivos necesarios para llevar a cabo un rastreo fiable de los positivos y los casos sospechosos y, por tanto, para atender en condiciones una segunda oleada de la epidemia.»
El problema no está reducido a Lleida, ya que «las concentraciones de nuevos casos fuera del Segrià se han más que triplicado en una sola semana», siendo el más preocupante el de Hospitalet de Llobregat, donde ya han empezado las restricciones en algunas zonas. Hospitalet, aunque sea un municipio, a efectos geográficos es Barcelona.