El Parlament aprobará este viernes una propuesta acordada entre Junts, ERC y la CUP para exigir al PSOE que, a cambio de los votos republicanos y posconvergentes a la investidura de Pedro Sánchez, el Gobierno se comprometa a poner las bases para celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Una exigencia que se ha hecho pública tras el fracaso de la investidura del popular Alberto Núñez Feijóo y a la que el PSOE y el PSC han respondido rápidamente.
Los socialistas han emitido un comunicado en el que aseguran «apostar por el diálogo como la única forma de garantizar el progreso y la convivencia en Cataluña». Añaden que este diálogo debe servir para «superar la división y no para profundizar en la ruptura y la discordia que tanta tensión generaron de forma estéril en Cataluña y en el resto de España». «Por ese camino», han advertido, «no hay avance posible».
Dentro de la Constitución
En el mismo comunicado, el PSOE y el PSC señalan que «el camino es el de la convivencia y la cohesión, el entendimiento y el progreso económico y social de Cataluña y en el resto de España, siempre dentro de la Constitución«. Y han recordado que las urnas del 23 de julio apostaron «de manera amplia» por un Gobierno «progresista, que continúe la senda de diálogo, acuerdos y concordia iniciada hace cuatro años y no por mirar al peor pasado sino por seguir construyendo juntos un futuro mejor».
Todo indica, pues, que, de mantenerse los socialistas en esta postura, Junts y ERC votarán contra la investidura de Pedro Sánchez como presidente. Y no es de esperar que en los próximos días cambien de opinión considerando que este domingo se celebrará el sexto aniversario del 1 de Octubre y el separatismo civil les exige reactivar la declaración unilateral de independencia de 2017, bajo la amenaza de concurrir a las próximas elecciones autonómicas con una «lista cívica». Otra posibilidad es que Sánchez opte por volver a convocar elecciones generales y se presente ante la sociedad como un líder al que el separatismo no ha logrado doblegar. Sea cual sea la decisión del presidente en funciones, lo único que parece claro en estos momentos es que los españoles tendrán que volver a votar.