La Generalitat ha otorgado este martes el régimen del tercer grado o semilibertad a los líderes del procés condenados por el Tribunal Supremo a penas de cárcel. En este régimen, solo tendrán que pasar ocho horas al día en prisión, aunque, si aceptaran llevar una pulsera de control telemático, podrían no tener que regresar.
El anuncio ha sido recibido de forma amarga por algunos de ellos, que consideran que, aunque ya no estén en prisión la mayor parte del tiempo, seguirán teniendo que cumplir la condena impuesta por, entre otras cosas, organizar y celebrar el referéndum ilegal del 1-O. Así lo ha manifestado a través de su cuenta de Twitter, por ejemplo, la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell. «No hay semilibertad, la libertad es o no es», ha escrito Forcadell, que también fue presidenta de la ANC, «el tercer grado no es libertad, es el cumplimiento de la condena».
De forma muy similar se ha pronunciado el ex conseller de Relaciones Exteriores, Raül Romeva, de ERC. En la misma red social, Romeva ha afirmado que «el tercer grado es solo otra manera de seguir pagando una condenada de 12 años de prisión e inhabilitación». Y ha añadido que «la libertad no es el tercer grado, es la amnistía«.
Más retórico se ha mostrado el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, en prisión por los mismos hechos. Cuixart ha elegido un verso de Joan Margarit para criticar la medida: «Basta de represión. La libertad es un rey saliendo en tren hacia el exilio». El ex conseller Jordi Turull, por su parte, ha sido mucho más lacónico en su protesta: «La libertad o es total o no es».
Muchos tuiteros separatistas, por otro lado, han criticado que la Generalitat siga respetando las sentencias del Supremo contra sus líderes. Es el caso de la musa independentista, @gallifantes, quien ha recordado que los «exiliados» no podrán volver a sus casas y que tanto la prisión como el exilio son «represión de Estado«.