Ante al déficit de médicos en las Islas Baleares —se calcula que faltan unos 800 galenos en el archipiélago para cubrir sus necesidades sanitarias—, el Gobierno del PP ha tomado la decisión de eliminar el requisito de catalán a estos profesionales, que entiende «disuasorio». La medida ha sido muy celebrada en círculos constitucionalistas, que consideran que garantiza la igualdad de oportunidades de los postulantes —sean de donde sean— y contribuirá a paliar el déficit citado.
Sin embargo, la exconsejera socialista de Salud, Patrícia Gómez, ha arremetido en una entrevista en Catalunya Ràdio contra el nuevo ejecutivo popular por su viraje en políticas lingüísticas: «Lo digo de manera categórica: ningún médico ha dejado de venir por el catalán y ningún médico se ha marchado por el catalán en las Baleares». Asimismo, en una nota de prensa, ha sacado pecho de su gestión: «Hemos hecho mucho trabajo en los últimos años, doblando el número de médicos especialistas en formación para que en pocos años pueda haber médicos suficientes»