Tal y como explicamos ayer en ElLiberal.cat, el PSOE y Sumar cederán diputados a Junts per Cataluña y a ERC respectivamente para que estas formaciones, pese a no reunir el número de escaños ni de votos suficientes, tengan grupo propio en el Congreso. La iniciativa ha sido interpretada por parte del constitucionalismo como una nueva concesión ilícita del autodenominado bloque progresista a los partidos separatistas, a quienes necesitan para que Pedro Sánchez logre sacar adelante la investidura.
Así, la analista Andrea Martínez Molina, ha recurrido a la ironía en su perfil de Twitter para criticar de esta forma la contraprestación del partido de Yolanda Díaz a ERC: «Una gran medida social pensada para la gente».
Por su parte, la politóloga Astrid Barrio ha recordado también en redes sociales que el trasvase de escaños en un práctica fraudulenta: «Ceder diputados para formar grupos parlamentarios, por mucha costumbre que sea, es fraude de ley». Y ha agregado: «Los diputados pueden modificar el reglamento y hacer más laxas las condiciones necesarias para formarlo pero mercadear con ello y subvertir la ley no es aceptable ni ejemplar».