Estos días, se está hablando mucho de plurilingüismo a raíz del anuncio de Armengol de que permitiría el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso y de que Sánchez haya pedido a la UE que estás también se puedan emplear en la Eurocámara. Sin embargo, han sido varias las voces constitucionalistas las que han recordado que los partidos nacionalistas catalanes —los que con más ahínco defienden la medida—siempre han en contra de que se hable castellano en el Parlament. Hasta tal punto es así, que la primera vez que un diputado lo usó, ERC y CIU abandonaron el pleno en señal de protesta.
Fue en 1996 y el que lo empleó fue el parlamentario popular Julio Ariza, cuyo acto fue calificado por los nacionalistas como una «clara provocación». Por ello, plataformas como Impulso Ciudadano han recordado el hecho citado: «¿Defiende el nacionalismo la pluralidad lingüística? ¿Seguro? Los mismos que ahora la exigen en el Congreso, llevan años repudiándola en el Parlament». Y rematan: «Pluralidad sí, pero si suma al castellano entonces no».