Conocidos los resultados definitivos de las elecciones del 23J que han adjudicado 172 diputados a los contrarios a la investidura de Sánchez y 171 a los favorables, todas las miradas se dirigen al partido de Puigdemont, que con sus siete diputados es quien va a decidir si hay nuevo gobierno o vamos a una nueva convocatoria electoral. Otras hipótesis, algún tipo de acuerdo PSOE-PP o una mayoría en torno al PP, son posibles pero muy improbables.
Todas las conversaciones políticas tratan ahora de adivinar qué va a pasar. Qué va a pedir Puigdemont, qué le puede ofrecer el PSOE. Lo primero, la postura del expresidente huido se va conociendo.
El recompte definitiu dels vots ha comportat un canvi puntual a l’assignació d’escons al Parlament espanyol però rellevant en l’equació per a qualsevol investidura. L’actual president del Govern i candidat socialista a la reelecció només podrà ser escollit si obté el vot…— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) July 29, 2023
Puigdemont en otras intervenciones ya ha expresado que las peticiones pasan por la amnistía y el referéndum. También que no se fia del interlocutor y que quieren cobrar por adelantado.
Se habla de alguna solución a la situación personal del huido y de algún tipo de consulta, ya sea no vinculante o sobre un nuevo estatuto
Por parte del PSOE y Sumar, la voluntad de negociar con Junts y conseguir el voto favorable en la investidura se ha reiterado. Sin embargo, no se ha ido más allá de esa voluntad negociadora, sin concretar nada más. Se habla de alguna solución a la situación personal del huido y de algún tipo de consulta, ya sea no vinculante o sobre un nuevo estatut o, incluso, una reforma constitucional en clave federal.
La amnistía choca con la Constitución. Un referéndum consultivo y, por tanto, no vinculante jurídicamente, tampoco es de fácil articulación práctica. Habría que acordar la pregunta y el ámbito, Catalunya o toda España. Un referéndum sobre un nuevo estatuto no va a contentar a Junts, que considera superada esa pantalla.
Un ‘triunfo’ de Puigdemont en las negociaciones, que siempre será un aliado difícil, dejaría contra las cuerdas a ERC
A las dificultades enumeradas en el párrafo anterior, hay que añadir que lo que puede ceder Junts está condicionado por sus intereses electorales y la competencia con ERC. Puigdemont no puede conformarse, aunque le guste, con una solución del estilo de la alcanzada por Junqueras. Necesita la amnistía. Tampoco con ningún tipo de mesa de diálogo. La ANC, la CUP y otras organizaciones independentistas no están por la labor de ningún tipo de acuerdo que no pase por las peticiones de máximos. La hegemonía nacionalista está en juego. En este sentido, un triunfo de Puigdemont en las negociaciones, que siempre será un aliado difícil, dejaría contra las cuerdas a ERC y la pérdida de un aliado relativamente estable para Sánchez.
Por su parte, Sánchez sabe que conseguir la investidura a un alto precio no le garantiza la estabilidad de la legislatura, menos cuando todo indica que se avecina una recesión económica importante.
Todo ello me hace pensar que, a día de hoy, lo más probable es la repetición electoral. Y los nuevos comicios son seguros si las encuestas son favorables al PSOE