El Programa Electoral del PSOE es un documento de 263 páginas, de difícil lectura. En materia económico-fiscal contiene grandes declaraciones de intenciones, pero hay pocas medidas concretas. Dedica muchas líneas a describir los éxitos de la política económica practicada en los últimos 5 años, superando las adversidades de la pandemia y de la guerra. Aunque reconoce que no hemos recuperado el PIB de 2019 hasta el segundo trimestre de 2023. Promete continuar con la misma política económica, basada en responsabilidad fiscal, justicia social y modernización, insistiendo en su carácter verde, digital, sostenible e inclusivo. Estos adjetivos se repiten constantemente.
Vamos a ver qué sacamos en limpio.
SISTEMA FISCAL EN GENERAL
No van a bajar los impuestos. Buscarán un incremento de la recaudación fiscal, pero sin aumentar con carácter general los impuestos (lo cual quiere decir que habrá aumentos puntuales). Reducirán el déficit luchando contra el fraude y la economía sumergida. Continuarán la senda de consolidación fiscal (hacia el equilibrio presupuestario) y de sostenibilidad de las cuentas públicas.
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
Las mayores rentas deben contribuir más (lo cual quiere decir que aumentarán la tarifa sobre dichas mayores rentas). Incrementarán las deducciones por hijos y por dependencia. Incentivarán con medidas fiscales el acceso a la vivienda y la adquisición de coche eléctrico.
IMPUESTO SOBRE EL VALOR AÑADIDO
No dicen nada sobre IVA.
IMPUESTO SOBRE SOCIEDADES
Los grupos multinacionales y las grandes empresas deben contribuir más, para ayudar a los más desfavorecidos (lo cual quiere decir que se eliminarán exenciones y deducciones). Se asegurará una tributación mínima a nivel internacional (suponemos que ese mínimo será el 15% del resultado contable) y se buscará una justa distribución de la recaudación entre los países donde las multinacionales operan.
IMPUESTO SOBRE GRANDES FORTUNAS Y SOBRE PATRIMONIO
Los mayores patrimonios deben contribuir más. Evaluarán el mantenimiento del IGF, por encima de los dos años iniciales, en el marco de la financiación autonómica, para acabar con la competencia fiscal desleal entre Autonomías. Parece claro que el IGF se convertirá en permanente.
El Impuesto sobre el Patrimonio seguirá como hasta ahora.
IMPUESTOS EXTRAORDINARIOS SOBRE BANCA Y ENERGÉTICAS
Evaluarán su mantenimiento, por encima de los dos años iniciales, haciendo los ajustes que sean necesarios para que ambos sectores sigan contribuyendo al sostenimiento del Estado del Bienestar. Parece claro que ambos impuestos se convertirán en permanentes. Si no los tumban los Tribunales.
PENSIONES
Se garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones, revalorizándolas conforme al IPC. Y se blindará ese derecho mediante un cambio constitucional.
Se seguirán revalorizando las pensiones mínimas y no contributivas por encima del IPC.
Por el nacimiento de cada hijo se reconocerá a cada progenitor un período de cotización de un año.
VIVIENDA
Se desarrollarán las medidas de la reciente Ley por el Derecho a la Vivienda para contener la subida de los alquileres.
Se promete la puesta en el mercado de 232.000 viviendas públicas para alquiler.
Habrá 2.500 millones para 50.000 avales del ICO para cubrir hasta el 100% del préstamo hipotecario destinado a la adquisición de su primera vivienda habitual por jóvenes menores de 35 años.
COMENTARIOS
1.A partir de 1 de enero de 2024 Bruselas comenzará a aplicar su nueva disciplina fiscal. Se ha terminado la barra libre de gasto. En 3-4 años el déficit debe ser inferior al 3% del PIB (ahora es el 4,8%). Y a largo plazo la Deuda Pública debe ser inferior al 60% del PIB (ahora es el 113%). Así pues, tenemos que reducir el déficit, a la par que estimulamos el crecimiento y la creación de empleo. Reducir el déficit impide bajar la presión fiscal, y obliga a controlar/disminuir el gasto público. Estimular el crecimiento impide subir la presión fiscal y, sobre todo, obliga al Estado a crear un clima de empatía, confianza y seguridad apropiado para que los empresarios españoles y extranjeros inviertan y creen empleo. Nuestra única solución es crear millón y medio de empleos.
Reducir el déficit y estimular el crecimiento es tarea complicada. El Gobierno que surja de las elecciones de este domingo se enfrentará a grandes dificultades. Algunas de las decisiones a tomar serán dolorosas. Y la oposición, sea la que sea, no debe instalarse en la calle atizando las protestas. Tiene que cooperar. Por eso, necesitaremos Pactos de Estado donde se consensúen tales decisiones. Hay que poner punto final a la polarización. A ver si al menos los dos grandes partidos saben comportarse.
2.El debate sobre la revalorización de las pensiones está desenfocado. Nadie puede prometer que las pensiones se revalorizarán conforme al IPC. Este es un deseo que todos los políticos tienen pero que no hay forma de garantizar. Es como si un empresario promete a sus trabajadores que les subirá el sueldo todos los años conforme al IPC. Eso será posible siempre que la empresa vaya bien y gane dinero. Si las cosas se tuercen, no se podrá subir el sueldo conforme al IPC, habrá que congelarlo o bajarlo, y puede que algunos trabajadores pierdan su empleo. Lo mismo le pasa al Estado. Las pensiones salen de las cotizaciones que pagan las empresas y si la economía va mal, si hay otra crisis y perdemos 2 ó 3 millones de empleos, no habrá dinero para revalorizar las pensiones. Zapatero tuvo que congelarlas en 2011. Y bajó un 5% el sueldo de los funcionarios. Fueron decisiones forzosas.
Se nos dirá que el Estado puede pedir dinero prestado a los mercados. Pero, en situaciones de crisis, con Deuda desbocada, esa solución es difícil y, en todo caso, la carga de intereses que genera es insoportable. En ese contexto, todos están obligados a hacer sacrificios. Incluídos los pensionistas. No hay otra.
Convendría que los políticos explicasen estas cosas a la gente.