Lleida no parece dispuesta a acatar el deseo del Govern de JxCat y ERC de encerrarse en casa para afrontar el rebrote de COVID-19 registrado en la comarca y que, de momento, se ha saldado con un confinamiento perimetral. La Justicia ha rechazado la posibilidad de declarar un confinamiento total, tal y como pretendían el domingo el presidente Quim Torra y la consellera de Salud, la republicana Alba Vergés.
Lo cierto es que, a la vista del rechazo judicial a este nuevo confinamiento y de la respuesta del Gobierno, que tampoco lo considera necesario, es fácil pensar que el encierro oculta otros objetivos. A nadie se le escapa en estos momentos que la gestión de la pandemia por parte del Govern desde marzo ha sido, cuando menos, poco eficaz. Y con unas elecciones autonómicas en el horizonte, podría ser que JxCat y ERC hubieran preferido adoptar esta controvertida medida para alejar del debate la cuestión de la gestión y presentarse ante los electores como políticos realmente preocupados por los ciudadanos a los que, una vez más, el Estado y Justicia española impiden actuar.
A todo esto se suma la sensación generalizada de que faltan información y transparencia por parte del Govern. Pero no solo hacia los ciudadanos, sino también hacia los ayuntamientos afectados por el confinamiento. En estos momentos, los datos que ofrece la Conselleria de Salud no cuadran con la gravedad que, a la vez, achaca a la situación. Si el 8 de julio se confirmaban 173 nuevos casos de COVID-19, el día 12 bajaban hasta los 17.
Sea cual sea el motivo, muchos leridanos no ha aceptado de buen grado la orden del Ejecutivo de Torra y desde ayer se han producido algunas manifestaciones en la ciudad contra el Govern y su presidente. En una de ellas, incluso, se intentó impedir al equipo de TV3 que llevara a cabo su trabajo.
A las protestas se unen situaciones más preocupantes. En Twitter, se ha podido ver un vídeo en el que un comerciante del centro de Lleida increpa a la consellera Vergés por la orden de encierro. Cuestiona que la situación sea tan grave como dicen y Vergés le responde que «no es verdad eso». La consellera no es capaz de responder a las preguntas que le plantea este ciudadano al que ni siquiera intenta calmar, según se puede observar en las imágenes.
Otros han grabado los exteriores del hospital comarcal Arnau de Vilanova en los que se puede observar que la actividad no es, aparentemente, tan frenética como cabría esperar si el rebrote de COVID-19 fuera tan grave como afirman desde el Govern. Durante la pandemia y en todo el mundo, miles de personas cuestionaron en numerosas ocasiones la gravedad de la situación. Lo hicieron vía internet y, sobre todo, en comunidades tan relevantes como Reddit. Allí era habitual encontrar grabaciones de hospitales en calma absoluta. Lo mismo que ahora se puede observar, según algunos tuiteros, en el hospital leridano. La falta de transparencia da pie a lo que llaman teorías conspiranoicas y parece que lo que no sucedió en España entre marzo y junio podría empezar a darse en Lleida en este extraño verano de 2020. En todo caso parece que la pandemia ha mutado y afecta ahora a jóvenes con síntomas leves lo que hace más de difícil de entender medidas tan drásticas sobre todo cuando la información es escasa y contradictoria.