De nuevo, el radicalismo secesionista no es obstáculo para medrar políticamente en Cataluña. Si la nueva presidenta del Parlament, Anna Erra, fue responsable de colocar megáfonos con propaganda separatista en Vic y recomendar no hablar en castellano con quien no pareciese catalán por su físico, hoy conocemos que la exportavoz del Govern durante la pandemia, Meritxell Budó, de perfil extremista, será la nueva alcaldesa de La Garriga gracias a un acuerdo entre Junts per Catalunya y el PSC. Ambas formaciones han manifestado que el pacto es fruto de un «diálogo tranquilo» y un «debate profundo».
Cabe recordar que la portavoz de la Generalitat de Torra protagonizó varias polémicas mientras ostentó el cargo. Así, culpó a España de los muertos y contagios en Cataluña asegurando que «con la independencia habríamos actuado antes y no tendríamos tantos muertos ni infectados». Por otra perte, en 2018, siendo alcaldesa de La Garriga, arremetió contra un concejal por hablar en castellano en su saludo a un colectivo andaluz, calificando el hecho de «triste y preocupante».