El Govern ha decretado este domingo el confinamiento domiciliario de Lleida y del Baix Segrià en respuesta al avance del brote de COVID-19 registrado en la zona. La comarca ya llevaba varios días confinada perimetralmente pero la imposibilidad de controlar el crecimiento de los casos ha llevado al Ejecutivo autonómico a tomar esta medida, que entrará en vigor en las próximas horas. «Ahora mismo», ha dicho la titular de la conselleria de Salud, Alba Vergés, «tenemos una situación compleja en el Segrià».
De este modo, y a partir de esta noche, los residentes en Lleida, Alcarràs, Soses, Serós, Aitona, La Granja d’Escarp, Massalcoreig y Torres de Segre no podrán ni salir ni entrar en las mismas. Deberán permanecer encerrados en sus domicilios, que solo podrán abandonar si han de acudir a sus puestos de trabajo. Siempre y cuando, además, estos puestos de trabajo estén dentro del grupo de los considerados esenciales.
Médico, banco y compras
Durante las dos próximas semanas, los residentes en estos municipios podrán salir de casa para recibir atención médica, ir a entidades financieras o hacer la compra. Se les permitirá llevar a cabo, además, actividades deportivas al aire libre con los «grupos de convivencia habitual» y trabajar en huertos particulares.
La orden del Govern prohibe los encuentros familiares o reuniones de más de 10 personas y, además, obliga al cierre de establecimientos hoteleros, restaurantes y bares, salvo que puedan prestar servicio a domicilio. Los comercios destinados a la alimentación permanecerán abiertos y se podrá acceder a ellos libremente. El resto podrán mantener la actividad mediante cita previa. Quedan prohibidas las bodas, los servicios religiosos y los funerales.