El Déficit público del 2022 fue el 4,8% del PIB: 64.000 millones.
La Deuda Pública a 31 de marzo de 2023 (último dato disponible) alcanzó 1,535 billones (113,2% sobre PIB). Esta cifra sube de forma estremecedora pues tres meses antes, a 31 de diciembre de 2022, la Deuda era 1,502 billones. Eso significa que en los primeros tres meses de 2023 nos hemos endeudado en 33.000 millones más, es decir, 367 millones más cada día. Es previsible que este ritmo se mantenga hasta las elecciones del 23-J.
Desde que Pedro Sánchez es Presidente del Gobierno nos hemos endeudado en 332.000 millones más, 194 millones diarios.
QUÉ VA A PASAR CON EL DÉFICIT EN 2023 Y 2024
El Déficit prometido por el Gobierno a Bruselas para este año 2023 es el 3,9%: 55.000 millones. Eso son 9.000 millones menos que en 2022. Habrá que recortarlos de algún sitio. O incrementar la recaudación.
El Déficit prometido para 2024 es el 3%, con lo que ya estaríamos en línea con el planteamiento básico de Bruselas. Eso son 44.000 millones, es decir, 11.000 millones menos que en 2023.
LO QUE NOS CUESTA LA DEUDA
La subida de tipos de interés ha sido brutal. A 31 de diciembre de 2021, el Bono del Estado a 10 años pagaba el 0,57%. En los 3 años anteriores pagaba una media del 1%. Hoy, ese Bono paga el 3,313%. Aunque resulte raro, es un tipo de interés muy parecido al de las Letras del Tesoro a 12 meses.
A medida que se contenga la inflación (ojalá), irá atenuándose la subida de tipos. El BCE prevé de aquí al verano una o dos subidas moderadas, hasta situarse en el entorno del 4%. Depende de cómo vaya la inflación. Previsiblemente, los tipos se mantendrán en ese nivel durante algunos años
Hasta ahora, el coste financiero de la Deuda, es decir, los intereses a pagar rondaban los 27.000 millones de euros anuales.
A medida que vayan venciendo las emisiones antiguas y toda la Deuda viva esté emitida a los nuevos tipos, nuestros costes financieros irán creciendo hasta alcanzar un promedio en torno al 4%. Esto se agravará a medida que el Banco Central Europeo vaya reduciendo sus compas de Deuda.
Para hacernos una idea de lo que eso supone, digamos que, con los datos de Deuda de marzo de 2023, el total de intereses a pagar estaría en torno a 60.000 millones de euros anuales. Es una cifra parecida al gasto público en Educación. Sobran los comentarios.
Hay que decir que la solvencia de España en los mercados de Deuda es mejorable. Esto se mide por la Prima de Riesgo, es decir, por el diferencial de interés que paga el Bono español a 10 años respecto al Bono Alemán. El Bono alemán paga hoy un 2,324%. El Bono español tiene que pagar una prima de riesgo de 0,989%, de lo que resulta un coste de 3,313%. Fijémonos en el Bono portugués: su prima de riesgo es sólo 0,668% y por eso paga el 2,992%, un 0,32% menos que España. ¿A qué se debe esto? Sencillamente, a que la política portuguesa de control del gasto público y lucha contra el déficit es seria y transmite a los mercados más confianza que la española.
Sólo nos queda el consuelo de Italia: su prima de riesgo es 1,65% y paga por el Bono a 10 años un 3,974%. Triste consuelo.
LO QUE NOS VA A EXIGIR BRUSELAS
Todo el mundo entiende que la Deuda Pública ha llegado a unos niveles intolerables. Esto no puede seguir así. Hay que pararlo. Esto es particularmente grave en los casos de Italia, Francia y España.
La Unión Europea está diseñando un Nuevo Marzo Fiscal Europeo. Se trata de poner fin a la política de gasto público descontrolado (motivada por la pandemia y la guerra de Ucrania). Se trata de aplicar, a partir de 1 de enero de 2024, unas reglas estrictas de disciplina presupuestaria de modo que el Déficit esté por debajo del 3% y el objetivo de Deuda sea el 60% del PIB. Alemania y Holanda están presionando para endurecer la senda hacia esos niveles. Ya veremos cómo queda esto.
Los países deben empezar a retirar ya las ayudas públicas que se implementaron para aliviar los efectos de la guerra sobre los precios.
CONCLUSIONES PARA ESPAÑA
1.En este año 2023 debemos empezar a retirar las ayudas implementadas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania sobre la inflación. Ello significa:
a) restablecer el IVA al 21% (en lugar del 5%) en las facturas de electricidad y gas;
b) restablecer en la factura el Impuesto Especial de la Electricidad al 5,1127% (en lugar del 0,5%);
c) Restablecer el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la energía eléctrica, al 7% (en lugar del 0%). Este impuesto lo pagan las eléctricas y no se repercute directamente en la factura, pero forma parte de los costes de la energía que paga el consumidor.
d)Restablecer el IVA al 4% (en lugar del 0%) para los alimentos básicos (pan, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, patatas, arroz y legumbres).
e)Restablecer el IVA al 10% (en lugar del 5%) para aceites y pastas.
f)Suprimir las ayudas al Transporte, Agricultura, Ganadería y Pesca otorgadas para compensar la subida de precios del gasóleo.
g)Suprimir las ayudas al transporte urbano e interurbano.
Es obvio que este Gobierno no a tomar ninguna de estas medidas. Es un marronazo que queda para el Gobierno que surja el 23-J.
2.El compromiso de reducción del Déficit asumido por este Gobierno (y que habrá que mantener pase lo que pase el 23-J) es muy fuerte. Bajar el Déficit del 2023 al 3,9% supone una reducción de 9.000 millones. Bajarlo en 2024 al 3% supone 11.000 millones adicionales. Si la recaudación por impuestos y cotizaciones a la SS no crece lo suficiente, habrá que recortar gastos. O aumentar la recaudación fiscal, sobre todo en IVA. Eso va a ser muy duro y será casi imposible afrontarlo sin un Pacto entre PSOE y PP.
3.Es seguro que a partir de 2025 Bruselas nos impondrá Déficits por debajo del 3%. Es la única manera de irnos aproximando, a lo largo de los años, a una Deuda en torno al 60% del PIB. Este escenario confirma la absoluta necesidad de los Pactos de Estado.
4.Lo peor de la situación española no es el abultado Déficit y la estratosférica Deuda Pública. Lo peor es la actitud cainita entre PSOE y PP. Esa actitud impide la consecución de los Pactos de Estado que son imprescindibles para superar nuestros problemas. Nos hace falta pactar muchas cosas, entre ellas cuatro fundamentales:
a) Lucha contra el Déficit: control y reducción del Gasto Público para alcanzar los niveles que Bruselas exige.
b) Política de Rentas anti-inflación, lo que afecta a salarios, pensiones y beneficios empresariales.
c) Educación, en busca de la excelencia. Imprescindible para mejorar la productividad.
d) Vivienda: el parque público de viviendas tardará muchos años; lo que hace falta de inmediato es que los propietarios pierdan el miedo a alquilar.
5. Pedro Sánchez ha dado pruebas suficientes de que no está por la labor de propiciar esos Pactos de Estado. Él ha optado por dividir y polarizar el país entre izquierdas y derechas, bloqueando el más mínimo entendimiento entre PSOE y PP. Se ha instalado en una infantil dialéctica de buenos (el Gobierno progresista que defiende a las clases trabajadoras) contra malos (el PP y VOX que defienden a los señores del puro y la chistera). Es un mensaje de república bananera que no se oye en ningún país civilizado, que no tiene nada que ver con la realidad del país y que entorpece terriblemente la solución.