A pesar de que el Día del Libro es una jornada internacional que se celebra con gran éxito en toda España desde hace décadas, el separatismo catalán ha intentado apropiarse de ella y dotarla, como en muchos otros símbolos, de un origen independentista que no tiene. Y, así, ante la evidencia, no es extraño que algunos de sus líderes estallen, que es lo que le ha sucedido este domingo al fugado Carles Puigdemont.
El Ministerio de Cultura, dirigido por el socialista Miquel Iceta, ha activado una web sobre el Día del Libro en el que explica el origen del mismo. Así, se recuerda que fue un valenciano, Vicente Clavel, «cervantista y paladín de causas nobles», el que logró que esta jornada fuera una fiesta nacional, tras elevar la propuesta desde la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en los años 20. En 1926, de la mano del entonces ministro de Trabajo, Eduardo Aunós, el rey Alfonso XIII firmó el decreto que promovía la celebración de la Fiesta del Libro Español el 7 de octubre. Se escogió aquella fecha porque era la del «supuesto nacimiento del autor del Quijote, don Miguel de Cervantes», según se explica en la web del ministerio.
En 1930, se decidió cambiar la fecha y se escogió la del 23 de abril. Una jornada en la que supuestamente fue enterrado Cervantes, pero también Garcilaso de la Vega y William Shakespeare. «Tiempo después», se explica en la web del Ministerio de Cultura, «se sumarían las efemérides de nacimiento o muerte de otros autores como Josep Pla, Nabokov o Wordsworth, rindiendo homenaje a través de ellos a todos los autores». El Gobierno «español» se volcó en la celebración, que siempre ha tenido especial arraigo en «ciudades universitarias» y «especialmente, en Barcelona, donde la fecha coincide con la Diada de Sant Jordi». Desde 1995, además, la UNESCO señaló el 23 de abril como Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
Borrando el rastro de la catalanidad
Estas referencias no han gustado a separatistas como Puigdemont, dado que viene a desmontar el supuesto origen catalán del Día de Libro. Y así lo ha demostrado en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter en el que ha asegurado que lo publicado por el Ministerio de Cultura «va borrando todo rastro de catalanidad en el éxito popular del día del libro». «El hecho de que, durante décadas, la eclosión editorial se produjera en Cataluña y que, sin esta aportación, muy ligada a la cultura y tradiciones catalanas difícilmente tendríamos la dimensión que tenemos hoy», ha añadido, «ocupa un lugar anecdótico en la explicación oficial del ministerio que dirige Miquel Iceta».