La organización The Lawfare Project ha presentado una demanda contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por suspender los lazos de relación entre la capital catalana e Israel, incluyendo el hermanamiento con la ciudad de Tel Aviv. La demanda ha sido presentada en nombre de la entidad Instituto de Barcelona para el Diálogo con Israel, presidido por Maxo Benalal.
Ambas organizaciones consideran que Colau «violó los procedimientos legales aplicables e infringió el poder del Gobierno español para conducir la política exterior». «La suspensión de las relaciones con Israel», ha explicado la directora ejecutiva de The Lawfare Project, Brooke Goldstein, «representa un uso indebido total del proceso legal para participar en una campaña intolerante y partidista, en lugar de una decisión legal en el ámbito de poder de la alcaldesa de Barcelona». Esta sería la segunda demanda presentada contra Ada Colau por este motivo. La primera la presentó la organización ACOM.
Fue el pasado mes de febrero cuando Colau anunció la suspensión del hermanamiento entre Barcelona y Tel Aviv y otras relaciones del Consistorio con Israel por el incumplimiento sistemático de las resoluciones de la ONU y las violaciones de los derechos humanos de los palestinos. Un anuncio que realizó acompañada Alys Samson Estapé, vinculada al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel (BDS) y al Comité Nacional Palestino BDS.
Deber de neutralidad
El presidente del Instituto Barcelona, Maxo Benalal, considera que Colau «incumple el deber institucional de neutralidad del alcalde y perjudica el buen nombre de la ciudad de Barcelona». Además, según figura en una nota de prensa, Benalal también ha señalado que, con su decisión, la alcaldesa de Barcelona puede «perturbar» la política exterior española «al adoptar los postulados de una campaña política partidista y discriminatoria contra Israel».
El abogado de The Lawfare Project, Ignacio Palacios, ha indicado, por su parte, que Colau querría que Barcelona fuera «una especie de ciudad-estado capaz de boicotear a Israel y de llevar a cabo su propia política exterior». «Por desgracia para ella», ha añadido, «y por suerte para los barceloneses, legalmente no es así».