El sistema público de pensiones español tiene un gravísimo problema de financiación. El gasto por pensiones está absolutamente disparado. Por el aumento de jubilaciones, por la revalorización con el IPC (8,5% de subida en 2023), y por el aumento de la esperanza de vida de los jubilados. Aunque las cotizaciones son muy altas, no cubren lo que el sistema necesita y el Estado debe aportar la diferencia. En las condiciones actuales, el sistema no es sostenible. Y está pendiente de jubilarse la macro-generación del baby-boom (nacidos entre 1957 y 1970).
EL DECRETO-LEY 2/2023 APROBADO ESTE JUEVES
El Gobierno, presionado por Bruselas, lleva mucho tiempo mareando la perdiz con la reforma de las pensiones. En diciembre de 2021 dispusieron que las pensiones se revalorizarían con el IPC. En junio de 2022 se aprobó un nuevo sistema de cotización de los autónomos por ingresos reales. Pero faltaban las malas noticias, las del aumento de las cotizaciones. Y a esto viene el Real Decreto-Ley 2/2023, de 16 de marzo, aprobado en el Consejo de Ministros de este jueves 16 y publicado en el BOE del viernes 17. Son 54 páginas, farragosas, complejas y de difícil comprensión. Se ha enviado al Congreso para su convalidación.
Este Decreto-Ley no se ha acordado con los empresarios. Todas las organizaciones empresariales (CEOE, CEPYME y ATA) están radicalmente en contra. Tampoco se ha hablado con el PP. La cosa se ha aprobado con el visto bueno de CCOO y UGT. Y con el de Bruselas, que dará vía libre a la liberación de los Fondos Next Generation vinculados a esta reforma.
LOS NÚMEROS DE LA SEGURIDAD SOCIAL HOY
El dinero necesario para pagar las pensiones sale de las cotizaciones sociales. Estas cotizaciones funcionan como un impuesto sobre las nóminas, son un porcentaje sobre el salario. El salario que se toma para calcular lo que hay que cotizar (la base de cotización) es el salario real, pero hay un tope o base máxima. En este año 2023 esa base máxima es 53.946 euros anuales. Por encima de ese importe no se cotiza nada. También hay una pensión máxima.
El tipo de cotización varía algo de un sector a otro (por el tema de los accidentes de trabajo) pero, en términos medios, es un 39%: 33% a cargo de la empresa y 6% a cargo del trabajador.
Según el Presupuesto de la SS para este año 2023, se espera recaudar por cotizaciones 152.000 millones de euros. Pero el total de gastos asciende a 190.000 millones. (Cifras tremebundas: pensemos que la recaudación prevista por IRPF en 2023 es 113.000 millones). Hay un déficit de 38.000 millones, que tiene que ser aportado por el Estado. Hacer sostenible el sistema implica eliminar ese déficit.
MEDIDAS ADOPTADAS POR EL DECRETO-LEY
Puestos a elegir entre rebajar gastos o aumentar ingresos, el Gobierno no tiene dudas. Nada de lo primero, todo de lo segundo.
1.No se prolonga la edad de jubilación. En 2023 esa edad es 66 años y 4 meses, habiendo cotizado menos de 38,5 años. Si se han cotizado más años, se puede anticipar la jubilación. La edad de jubilación se va aumentando a razón de 2 meses por año hasta llegar al 2027 en que será 67 años. Esto queda igual.
2.No se modifica el método de cálculo de la pensión inicial. Igual que ahora, se toman los últimos 25 años cotizados. Se permite tomar los últimos 29 años, excluyendo los 24 meses peores, pero esto no cambia mucho las cosas.
3.La base máxima de cotización (53.946 euros en 2023) se actualizará anualmente aplicando el mismo IPC de revalorización de las pensiones.
Adicionalmente, dicha base máxima sufrirá un incremento anual de un 1,2% entre los años 2024 y 2050. El incremento total será de un 32%. Este es el primer estacazo a las empresas.
4.Se impone una Cuota Adicional de Solidaridad que grava el exceso del salario real sobre la base máxima de cotización. Este es el segundo estacazo. Se diferencian 3 tramos a los que se aplicará un tipo de cotización progresivo desde 2025 hasta 2045:
Tramo 1: entre el 100% y el 110% de la base máxima. Se grava al 0,92% en 2025, subiendo progresivamente hasta llegar al 5,5% en 2045.
Tramo 2: entre el 110% y el 150% de la base máxima, Se grava al 1% en 2025, subiendo progresivamente hasta llegar al 6% en 2045.
Tramo 3: por encima del 150% de la base máxima. Se grava al 1,17% en 2025, subiendo progresivamente hasta llegar al 7% en 2045.
Esta norma es confusa porque, en vez de establecer los tramos sobre la diferencia entre salario real y base máxima, se establecen sobre porcentajes de base máxima, olvidando esa diferencia.
5.Se impone una cotización especial para el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Este es el tercer estacazo. Actualmente esa cotización está en el 0,6% de la base de cotización. Con un calendario gradual, la cotización llegará al 1,2% en 2029. Este dinero nutrirá un Fondo de Reserva para mejorar la pensión de los cotizantes más jóvenes.
6.Se revalorizan fuertemente las pensiones de viudedad y las mínimas (contributivas y no contributivas). Así, la pensión mínima de jubilación contributiva, con cónyuge a cargo, quedará en 2027 en 14 pagas de 1.178 euros al mes (un 22% más que ahora).
COMENTARIOS
1.El sistema español de pensiones es muy generoso. Como media, la pensión es un 70% del último salario en activo. Hay países más ricos donde ese porcentaje es mucho menor: en Alemania es el 40%. Un político decente debe preguntarse si nos lo podemos permitir. Lo terrible es que, para hacer sostenibles las pensiones, hay que apretarse el cinturón. Pero ni el PSOE ni el PP se atreven a decirle la verdad a la gente.
2.Por eso, no se ha tomado ninguna medida que suponga un disgusto para los trabajadores (son muchos votos). No se prolonga la edad de jubilación. No se modifica el sistema de cálculo de la pensión inicial para reducirla algo.
3.Por eso, no se ha tomado ninguna medida que suponga un disgusto para los jubilados (son muchos votos). Podrían haber pensado en matizar la revalorización conforme al IPC, de modo que a las pensiones más altas no se les aplique la totalidad del IPC. Nada de eso.
4.En otro alarde electoral, se han incrementado todavía más los gastos del sistema con un fuerte aumento de las pensiones mínimas y de viudedad.
5.Bruselas no quiere poner a ningún país en un apuro grave por este tema. Quiere liberar los Fondos Next Generation y actúa en forma políticamente correcta. Da su visto bueno y, dentro de 3 años, cuando toque revisar cómo funcionan las medidas del Decreto-Ley, ya se verá lo que se hace. Será otra Comisión la que lo mire. Ahora se trata de ir tirando.
6.Lo único que se le ha ocurrido al Gobierno es subir las cotizaciones y la base máxima. Son los tres estacazos mencionados. Es lo que siempre han pedido los Sindicatos. Pero hay que decir que el aumento de recaudación implementado por el Decreto-Ley supone muy poco dinero para tapar un agujero tan descomunal como el que tiene la Seguridad Social. Es falso que esta norma asegure la sostenibilidad de las pensiones. Pero lo malo es que el aumento está muy focalizado: castiga fuertemente a las empresas con empleos de alta calidad. Y castiga a esos empleados de alta calidad. Nada bueno para mantener esos empleos y esas empresas en España.
7.El Decreto-Ley subvierte un principio tradicional de nuestro sistema de pensiones, que es el de la contributividad. Eso quiere decir que se cobra conforme a la cotizado. A partir de ahora, por la Cuota de Solidaridad, los salarios más altos cotizan más y eso no mejorará su pensión. Se introduce así en la Seguridad Social una función redistributiva, más propia del IRPF.
8.El tema de las pensiones tiene muy mal arreglo y nadie se atreve a meterle mano de verdad. Sería la sentencia de muerte del partido que lo haga en solitario. Véase lo que pasa en Francia por subir la edad de jubilación de 62 a 64 años. Por eso es imprescindible un gran Acuerdo nacional.
9.La única manera de sostener las pensiones es crear mucho empleo. Necesitamos 3 millones de empleos nuevos. Así mejorarían de verdad las cotizaciones sociales. Y, para conseguir ese objetivo, el Gobierno debe propiciar un clima favorable a la inversión y a la creación de empleo. Y empatizar con los empresarios. Lo último que hay que hacer es subir las cotizaciones empresariales, que ya son altísimas. Lo decía Escrivá antes de ser ministro. Este Decreto-Ley va justo en la dirección contraria. Y la forma en que se ha aprobado es la muestra más clara de que los puentes entre Gobierno y empresarios están rotos. Tan rotos como con el PP. Y al Gobierno eso no le preocupa; todo lo contrario. Piensa que este clima de buenos y malos le ayudará a ganar las elecciones.
10.Nos deja estupefactos ver que este Decreto-Ley contiene normas para aplicar hasta 2040. Y hasta 2050. ¿Cómo es posible legislar a tan larguísimo plazo sin un gran Acuerdo nacional que asegure la aplicación de esas normas, gobierne quien gobierne? A falta de ese Acuerdo, este Decreto-Ley no es creíble, es un brindis al sol, un bodrio, hecho sólo para contentar a Bruselas, y que durará lo que dure este Gobierno.
Y está claro que el Gobierno está mucho más interesado en ganar las elecciones que en crear empleo.