Periodista, ex diputada del Parlamento Español y presidenta de la Fundación Olof Palme, Anna Balletbó sigue siendo un animal político, otro del tercer sector y todavía otro de la comunicación (por citar algunos), según las circunstancias lo requieran. Conversadora infatigable, testigo presencial de algunos de los acontecimientos políticos más relevantes del siglo XX en España, entrevistarla es un “big-bang” de vivencias del que gravitan, como meteoritos, personajes, historias, acontecimientos y emociones. El reciente aniversario del 23-F, el bulling, el acoso sexual o el día internacional de la mujer, llevan la entrevista al clímax. En un momento dado, se excusa y atiende con urgencia a un interlocutor de la Fundación Olof Palme en Siria
¿Fue, es y será hiperactiva?
Lo único que no aguanto es la rutina. Me gusta mucho aprender. Siempre es posible, si te haces preguntes. Cuando algo empieza a ser pesado, cambia y haz otra cosa. El problema es que, si vas sumando y resolviendo cosas, acabas durmiendo muy poco, o nada. Porque no sabes cuál dejar de hacer.
Por si faltara tocar algún palo, turismo
A veces, la gente se pone nerviosa, porque quisiera encasillarte y, si haces muchas cosas, se marean un poco. Desde que dejé de ser diputada, entre otras actividades, me he dedicado al mundo del turismo.
Les costará clasificarla…
Muchos no aceptan que lo que haces tiene mucho que ver contigo. Piensan que es suerte. Mi suerte, es que a las 6 de la mañana ya empiezo a pensar. Hay gente que tiene problemas. Pero si miras la vida en positivo, te salen cosas positivas.
Mujer, madre de familia y triunfadora. ¿Si se puede?
En mi caso, sí. Vengo de ambiente trabajador. Mi padre decía que las niñas eran iguales a los niños, aunque si pedía volver a la 1 de la madrugada, a mí me decía que no y a mi hermano, que sí. Pero cuando mi hermano dijo que se iba a Inglaterra, ahí dije que yo también. Aquello cambió mi vida.
¿Con un par?
Si se me pone una cosa en la cabeza, y la quiero de verdad, la hago. Una anécdota en el Congreso de Diputados. Yo estaba junto a un político del PP durante unas enmiendas a una ley de TV3. Pasó Eduardo, mi portavoz, y le preguntó “¿Te está convenciendo de algo? Pues dile que sí. Porque si le dices que no, te va a joder tres meses y le acabarás diciendo que si” (risas). Yo soy así. ¡Pero nunca ahogo, eh!
En la vida personal ¿también?
No es fácil compaginar una vida familiar estable con la actividad profesional. Si le añades la política, a alguna cosa tendrás que renunciar, porque si no, no salen los números.
¿A qué tuvo que renunciar?
Bueno, yo me divorcié. No por nada malo, mi ex es buena persona. Le conocí siendo mi profesor en el CIC y me gustó. Después, nuestra trayectoria vital desequilibró la relación. Creo que él sufrió y yo no tanto, yo hacía lo que me gustaba
Y era un no parar
Claro, y no hace falta decirlo, cuando eres diputada o empiezas a salir en los diarios, la gente empieza ser muy amable contigo.
¿Cómo se organizaban en casa?
Él no se ocupaba de los niños y yo cogía muchos aviones cada semana. Nuestra generación arrastraba muchas cosas del pasado. Hoy, es diferente. O no tanto, porque pasan coses terribles, como lo que pasó hace poco con el asesinato en Pakistán de las hermanas de Terrassa, las gemelas de Sallent, que se tiraron por la ventana, o la violación de la niña de 11 años en Badalona
Las hermanas paquistaníes, fueron engañadas
Su padre las envió a Pakistán, donde las acabaron reventando. Es tremendo.
Lo tema de las gemelas es lacerante
El nivel de crueldad del mobbing entre estos niños es indescriptible. Los padres lo habían denunciado. Su relación era inestable, con separaciones y reconciliaciones. Por suerte, cuando yo me separé ya no me vi con mi ex. No quise agradar ni desagradar a mi familia. Empecé de nuevo. Si no, lo más probable es que todo hubiera empeorado.
Alana había pedido cambiar su identidad de género.
Eso vino después. Hacía ya dos años que habían venido, desde Argentina. Yo creo que, quizás, Alana pidió a los niños de clase que le llamasen Iván, para evitar las humillaciones que sufría, porque creía que, en parte, se reían de ella por su género.
Algunas actitudes espontáneas son terribles.
Y también modas. Y contagios. Es mejor que no nos mintamos. Ya sabemos que, a veces, el metro o el tren se detienen porque hay alguien se ha tirado.
A veces lo llaman “problema técnico”
Antiguamente pasaba en los pueblos, cuando alguien se colgaba de un olivo y después, por algún motivo, lo hacían otras personas. Son actitudes muy bestias, extremas, aunque algunas personas pueden imitarlas.
¿Y el cambio de identidad sexual?
Ahora, cuando una persona va al hospital, la interrogan y verifican si tiene las condiciones, y la derivan al especialista. Tengo datos. En Inglaterra, de 210 derivaciones el 2015, se ha pasado a 3600 el 2022. Es un salto enorme.
¿A qué se debe?
Los adolescentes tienen problemas de adaptación, el cuerpo cambia, hay que afrontar nuevos retos, estudios… ¿la clínica es la mejor solución? Existe una cantidad de familias de menores hormonados y operados que están pidiendo responsabilidades.
¿No quedan satisfechos?
Muchos quieren volver atrás. Si cambias de sexo para solucionar un problema, te estás equivocando. Primero, soluciona el problema. Después, si quieres, cambia de sexo. Pero, si hasta hay quien quiere cambiar por segunda vez. Esto no es el Corte Inglés.
¿Moda, o gente haciendo cola largo tiempo?
Cuando llegó el divorcio, parecía que habría cola y no hubo ni una. Ni divorciarse ni abortar es divertido. La seriedad del problema debería compensar el trauma que significa hacerlo.
Explique algo a bote pronto sobre Pascual Maragall
Un día no acababa de salir una cosa, y me dijo, repósalo. Que pasen unos días y volveremos. Los calendarios son anchos. Los hijos, si, antes de los 40. Pero durante toda la vida puedes hacer cosas, no hay que tener prisa.
Y el arte de saber hacerlas…
En la vida no te puedes hacer trampas al solitario en nada, ni con la persona de la que te hayas enamorado. Si te las haces, después te decepcionas.
La transición ¿le ha provocado desengaños?
No, porque nunca me he engañado. Tomo la vida con sus problemas y con mis defectos. ¡Yo tampoco soy un Premio Nobel!
Se ha hablado con acritud de la transición.
Hemos tenido una suerte descomunal. Tras una guerra fratricida con tres millones de muertos, hacer la transición, democratizar el país, conseguir sanidad universal y escuela obligatoria ¡es una lotería! Y en este período, apenas 10 o 12 muertos Hay países en los que la democracia no consiguen estabilizarse y todavía hay asesinatos. ¡No fotem!
¿Somos aún rehenes de la guerra civil?
No somos rehenes de nada, sólo de lo que hacemos. El abuelo de Aznar, entró con correajes en La Vanguardia y se sentó como director. Te podría hacer una larga lista. Josep María Castellet era falangista. Después, se hizo un demócrata. Alejandro Cercas es hijo de un falangista. La historia no desaparece, pero la transformación que hizo mucha gente es importante.
Una visión valorativa…
Yo lo veo las cosas siempre bien, porque si algo no está bien, intento cambiarlo. Nunca juego a la lotería, ni espero que me toque. Y mis objetivos, modestamente, los he cumplido todos. Ahora solo busco una buena muerte
Felicidades por lo primero. Sobre lo segundo, no aparenta estar por la labor
Sí, sí, sí. La buena muerte quiere decir dejar todas las facturas ordenadas. Y que los hijos, que son a quienes quieres, estén contigo, no de forma biológica, pero que te acompañen. En este sentido, he escrito un artículo en el que me pregunto ¿hasta cuándo ha de seguir el Rey emérito en Abu Dabi? ¿Hasta su final? Yo opino que eso sería un desastre. Como líder de la transición, debería pasar sus últimos años en su entorno familiar, aunque su vida privada haya sido como ha sido. No hay que confundir el culo con las témporas.
¿Podría desarrollar esto?
Al funeral de Mitterrand asistió su mujer, su amante de toda la vida y la hija que había tenido con la amante.
Chapeau…
¡Ah, no! Esto es francés. ¿Y qué? Su segunda mujer vivía en el Elíseo, y allí nadie escribió ni una línea sobre esto. Su primera mujer lo sabía todo, y se organizaron así. Aquí le hubieran tirado la caballería. La segunda mujer tenía una hija que presidió el funeral en primera fila, junto a la legítima y la amante. La vida privada se la monta cada uno como le parece y la gente no tiene por qué meterse.
¿Se entraría en algún proceso legal?
Está ya todo archivado, prescrito
La Fundación Olof Palme gestiona proyectos en medio mundo
Son proyectos de cooperación sobre equidad de género, la protección de los niños, la educación, la salud y los derechos humanos en el medio mundo que más los necesita, como Palestina, Afganistán, Irán, Georgia, Kosovo, Namibia, Guinea Ecuatorial, Cuba, Perú o Paraguay.
La Europa de los derechos humanos, ¿tiene recorrido?
Hemos vivido durante siglos explotando al resto del mundo. El imperio inglés, holandés o el español, han extraído sus materias primas y ahora les venimos a hablar de los derechos humanos. El mundo está cambiando, ellos se desarrollan continuadamente y aquí dejaremos de tener esta una posición tan dominante.