La ley del «Sólo Sí es Sí» pone en jaque a la coalición de Gobierno. Este martes por la tarde se celebró el debate parlamentario en la Cámara Baja sobre la propuesta de modificación presentada por el PSOE con la frontal oposición de su socio de gobierno Unidas Podemos.
Desde la formación morada acusan al partido de Pedro Sánchez de «haber ninguneado» a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y pretender volver a la regulación anterior que diferenciaba entre agresión y abuso en función de si existía violencia o intimidación.
La Secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, protagonizó un polémico vídeo en el que, junto con otras manifestantes, se lamentaban de que «la madre de Abascal no pudiera abortar». Asimismo, en la víspera del 8M, en declaraciones en Radio Nacional, se preguntó retóricamente «¿cuándo España ha avanzado en derechos de las mujeres con el PP?».
Dos afirmaciones poco afortunadas. La primera porque más allá de los libres ideales políticos de las distintas formaciones, éstas deben garantizar la paz pública. Algo que no casa en absoluto con desear que la madre de un adversario político hubiere abortado.
La segunda porque parece olvidar la Secretaria de Estado que el único gobierno con el que se han producido más de 700 rebajas de penas a agresores sexuales y más de 70 excarcelaciones de violadores ha sido precisamente con el gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
Hoy, cuatro meses después de la entrada en vigor de la ley del Sólo Sí es Sí, se ha dado el primer paso para modificar las lagunas que han permitido tal aberración jurídica y social.
Unas lagunas que en cualquier otro gobierno hubieran conllevado la dimisión (o cese) de más de un actor político, sobretodo teniendo en cuenta que se obviaron los informes del Consejo de Estado y del Consejo General del Poder Judicial que advertían de este riesgo frente al anteproyecto de ley.
El consentimiento: piedra angular de la ley
Desde Unidas Podemos siguen advirtiendo que la formación de Pedro Sánchez pretende «volver a la anterior regulación» y «cargarse el consentimiento». Añaden que el PSOE se ha aliado con la formación conservadora para sacar adelante una «ley que supone un retroceso en los derechos de las mujeres».
Frente a esta afirmación cabe hacer dos matices. El primero de ellos es que, lejos de lo que se aduce por la formación morada, el consentimiento ha existido siempre. Tanto en la ley anterior como en la nueva ley del Sólo Sí es Sí.
El segundo es que, efectivamente, la ley del PSOE vuelve a poner el foco sobre los conceptos de violencia e intimidación para determinar qué tipo delictivo es aplicable. Y si bien eso supone un retroceso hacia una regulación inexacta e indeterminada, ello no nos habilita a decir que rompe el consentimiento.
Si bien es cierto que era necesario un cambio normativo que pusiera fin al goteo incesante de rebajas de penas y excarcelaciones de violadores, tal vez la reforma socialista no sea la mejor de las posibles
La regulación de la violencia o intimidación como elementos determinables del tipo delictivo es inexacta e indeterminada por dos motivos. El primero porque no puede existir agresión sin violencia. Y el segundo porque el acto que se perpetra contra la voluntad sexual de una persona debe ser castigado por su gravedad y no por la reacción de la víctima.
En consecuencia, si bien es cierto que era necesario un cambio normativo que pusiera fin al goteo incesante de rebajas de penas y excarcelaciones de violadores, tal vez la reforma socialista no sea la mejor de las posibles.
Ley Penal más favorable y su aplicación retroactiva
Como todos habrán escuchado de forma reiterada en los últimos días, el motivo que ha propiciado la rebaja de penas ha sido la aplicación de la ley penal más favorable. Y es que desde el momento en que la ley del Sólo Sí es Sí agrupa en un mismo tipo delictivo todas las conductas contra la indemnidad sexual, es lógico que rebaje el mínimo de la horquilla de pena.
Eso, sin más, lleva a que cualquier condenado en firme pueda solicitar una revisión de penas. Una revisión que hubiera podido evitarse si el poder ejecutivo (con el anteproyecto de ley) y el legislativo (con su derecho de enmienda) hubieran introducido una disposición transitoria que dijera de qué modo debía interpretarse la ley penal más favorable.
Algunos juristas reconocen que esa disposición podría ser inconstitucional. Otros, entre los que me incluyo, entienden que se puede establecer que la ley penal más favorable se deba interpretar de forma taxativa. Es decir, que cuando la pena a la que fue condenado el reo siga inmersa en la nueva horquilla de pena.
En definitiva, el debate sobre la reforma de la ley del Sólo Sí es Sí ha ocupado el centro de controversia en la jornada del día de la mujer. Algo que entristece a todos aquellos que se sienten feministas en términos de igualdad y paridad, entre los que me incluyo, y que observan como la política ha arrasado con el día de todas las mujeres.