No han sido muchas las figuras públicas catalanas que se han atrevido a cuestionar el desafío separatista emprendido en 2012 y que culminó con sus líderes condenados por sedición y malversación —si bien posteriormente fueron indultados—. Una de los que lo hizo en su momento, y siempre sin abandonar su mirada catalanista, fue Joan Manuel Serrat, lo que valió acervas críticas del sector separatista más extremista, tildándolo de «traidor» e incluso de «fascista». Su amigo y compañero de gira por aquel entonces, Joaquín Sabina, de similares coordenadas ideológicas salió más de una vez en su defensa.
Transcurrido el tiempo, el cantante no se arredra de sus pasadas declaraciones, y sigue manteniendo una visión muy crítica con respecto al proceso separatista catalán. Así lo explica en una entrevista en el diario ABC: «La exclusión del que piensa diferente a ti es uno de los grandes daños del procés. Se ha llegado a fracturar Cataluña y ha traído dolor y desunión, enfrentamiento y negación de unos a otros. Y, en total, para nada. Esto es lo más penoso». Y sentencia: «Alguien ha dicho que el procés es un agujero negro que todo lo chupa y elimina toda idea que no sea su propio pensamiento».