A punto de concluir enero, el Govern de Pere Aragonés no ha logrado aún los apoyos necesarios para intentar sacar adelante los presupuestos de la Generalitat para este año. De momento, solo los diputados de En Comú-Podem han cerrado un acuerdo con ERC con este fin. Pero Aragonés necesita los votos de Junts o del PSC para poder aprobar las cuentas. El acuerdo con la posconvergencia no parece factible y menos después de los últimos ataques de sus simpatizantes al líder de los republicanos, Oriol Junqueras. Queda, pues, el PSC pero Salvador Illa se resiste a dar el sí a Aragonés y ERC no ha dudado en trasladar la presión al Congreso este martes.
En Cataluña, el PSC tensa la cuerda con Aragonés al reivindicar ahora la reforma de la B-40, más conocida como Ronda Nord, y que, según ha recordado la portavoz socialista en el Parlament, Alicia Romero, fue aprobada por el Govern de ERC y Junts en 2021. Un proyecto que, ha subrayado Romero, «cuenta con el apoyo del territorio» y que el PSC quiere sacar adelante porque ya, incluso, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana está en disponibilidad de pactar un convenio que permita a sacarlo adelante. El Govern, por su parte, no parecía estar inicialmente por la labor de sacar adelante este proyecto pero ahora, a la vista de la práctica imposibilidad de aprobar los presupuestos, sí que parece estar «abierto a desencallar un acuerdo sobre la B-40», según ha señalado la portavoz del Ejecutivo autonómico, Patricia Plaja.
Mientras tanto, en el Congreso, los diputados de ERC han optado por distanciarse del PSOE y se han abstenido en la votación para sacar adelante dos decretos ley sobre medidas para paliar los efectos de la crisis. Una forma de advertir a los socialistas de que, si no se aprueban los presupuestos del Govern de Aragonés, el apoyo de ERC a Pedro Sánchez corre peligro.