Durante los años del procés, los expertos combatieron el relato secesionista recordando insistentemente que España es uno de los países más descentralizados del mundo y que Cataluña goza de más autonomía, por ejemplo, que los lander de Alemania —un país federal—. Asimismo, los pactos de los Gobiernos centrales a lo con los partidos nacionalistas se han saldado invariablemente con cesiones de competencias por parte del Estado central al autonómico. Pese a ello, el nacionalismo nunca ha dejado de alertar de un supuesto proceso de «recentralización» de corte españolista.
La última vez ha tenido lugar en la ONU, donde el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha alertado de que en España se está produciendo un «proceso consciente recentralización política y económica». Lo ha hecho en una intervención en la que ha cargado contra la actitud lingüística de los gobiernos centrales, a los que ha acusado de llevar a cabo una «asimilación nacional, cultural y lingüística». En este sentido, ha denunciado la imposición del castellano en Cataluña, pues «hacer obligatoria la lengua estatal en naciones sin estado como Cataluña, implica una erosión sistemática del estatus de la lengua minoritaria que vulnera los derechos nacionales de los catalanes».
EL PROBLEMA DEL NACIONALISMO ES QUE SUS LÍDERES CONSIDERAN A TODOS TONTOS.CRASO ERROR.