Es la Selección del Barça. Para los nacionalistas catalanes poco importa. Al contrario, molesta. Les molesta porque no les gusta ver a catalanes de nacimiento o adopción comprometidos con España. Como ya ocurrió en Sudáfrica, este ADN Barça y los buenos resultados y juego de la Roja acercan la Selección a todos los catalanes que no militan en el hooliganismo antiespañol. Los éxitos refuerzan el sentimiento de pertenencia y para el nacionalismo-secesionismo nada es peor para sus aspiraciones. Ver a los niños y jóvenes disfrutar con el juego y las victorias de la Selección les irrita profundamente. Toda su estrategia se basa en denigrar a España como un país perdedor, atrasado, antidemocrático.
Toda su estrategia se basa en denigrar a España como un país perdedor, atrasado, antidemocrático
No les gusta que la Selección tenga en el Barça su columna vertebral. Y menos que los jugadores representen la Catalunya real, la Catalunya plural, la Catalunya bilingüe. Preferían una Selección sin ese ADN azulgrana, más fácil de criticar y denostar, sobre todo si las cosas no salen bien. Mientras en muchos países se decreta festivo el día que juega su selección y se alaba la vehemencia de su hinchada, en Catalunya se destruyen carpas de la Selección, no se permiten pantallas gigantes o, en Baleares, una profesora de catalán castiga a unos chavales por llevar la bandera española a clase. Parece excesivo. Si hubiera sido la estelada probablemente ningún problema, como ya se vio en la época de euforia independentista en muchas escuelas.. Si hubiera sido de otro país, dudo mucho que sus portadores fueran enviados a casa. La doble vara de medir tan en boga entre independentistas y amigos de la ideología del despertar.
En Catalunya se destruyen carpas de la Selección, no se permiten pantallas gigantes. En Baleares, una profesora de catalán castiga a los chavales por llevar la bandera española
Tampoco les gusta la Selección a aquellos a los que les molesta una España plural y aprovecharán para cargar contra ella si las cosas salen mal, aunque, a regañadientes, se apuntarán al éxito si la Roja sigue avanzando hasta la final. El sentimiento dual de muchos catalanes, sentirse españoles y catalanes sin complejos, tiene muchos enemigos en Catalunya y en el resto de España. En tiempos en que la presión organizada de los lobbies en medios y redes pretende adoctrinar e intimidar a la sociedad desde los extremos, los moderados no deberíamos acobárdanos y autocensurarnos. Malos tiempos para la libertad individual.
«ROMA NO PAGA A TRAIDORES».