La entidad catalanista Converses a Catalunya ha alertado este viernes sobre los peligros que supone el proyecto de la Superilla del Eixample, promovido por el Ayuntamiento de Barcelona. Sus integrantes consideran que se trata de un proyecto urbanístico que destruirá la base de lo que fue el Plan Cerdà y que, además, «creará una ciudad de primera y otra de segunda dentro del mismo Eixample».
En un comunicado, Converses a Catalunya ha recordado que el Plan Cerdà «puso Barcelona en el mundo del progreso urbanístico a pesar de la oposición del gobierno municipal de la época». Cerdà, ha añadido, «concibió la nueva ciudad de una manera igualitaria» con el principio básico de ofrecer «un mismo amplio de calle de 20 metros para toda la red viaria, con la excepción de unas pocas calles transcendentales de 50 metros». De este modo, «no había calles de primera o de segunda categoría» y «no se favorecía más a unos propietarios, a unos vecinos o comerciantes, que a otros». Es más, las calles tenían «idéntica disponibilidad de árboles cada 20 metros».
Ahora, con el proyecto de la Superilla del Gobierno de Ada Colau, se destruirá ese concepto de igualdad promovido por Cerdà. Y es que se contempla «crear un tercio de calles privilegiadas, sin tráfico y con simulacros de verde«. Calles que, alerta Converses a Catalunya, «se gentrificarán y serán pasto de pisos turísticos, mientras se descarga toda la contaminación y la circulación sobre los dos tercios de calles restantes». «Las obras que han comenzado en Consell de Cent y en otros puntos», ha añadido la asociación en su comunicado, «son el preludio de este gran mal. Una ciudad de primera y una de segunda dentro del mismo Eixample: el anti Cerdà».
Modificación del plan urbanístico
La entidad augura que suprimiendo el tráfico en parte del Eixample se colapsará el resto de calles del barrio, «ya muy saturadas por las malas iniciativas del gobierno municipal». Y a ello se añade el proyecto del tranvía en la Diagonal, que «agravará el desorden urbanístico». Por si no fuera poco, Converses a Catalunya ha denunciado que «lo más grave es que todo este cambio radical de la ciudad se hace sin la tramitación urbanística, garante de los derechos de los ciudadanos, ni la consulta ciudadana que, incluso solo por el tranvía, sí que se produjo durante el gobierno del alcalde Jordi Hereu, y la iniciativa fue rechazada».
Esta transformación de la ciudad, además, se hace respondiendo a «un prejuicio ideológico«, consistente en «liquidar la movilidad del vehículo privado, el eléctrico también, sin disponer de un transporte público que lo haga posible». Todo ello con el fin de «forzar el decrecimiento económico». Por este motivo, Converses a Catalunya considera «imprescindible» que se paren inmediatamente todas las obras de la Superilla y que el proyecto se tramite como «modificación del Plan Urbanístico vigente«. Además, exige «el establecimiento inmediato de una fecha para la consulta municipal pertinente y la adopción de las medidas necesarias para hacerla efectiva».