Aunque en un principio se afirmó que el principal motivo para la rebaja de la sedición anunciada por el Ejecutivo era homologar las penas a las del resto de Europa —supuestamente más leves pero en realidad más graves, según alertó el Tribunal Supremo—, el Gobierno va mostrando sus cartas sobre el asunto. Así, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha admitido hoy que el objetivo de la reforma del Código Penal que suprime el delito de sedición es que «vuelva» a España Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat fugado tras el golpe de 2017. «Hay que mirar adelante y no volver a la crispación y el conflicto», ha justificado.
En este sentido, la vicepresidenta ha afirmado que la «situación de convivencia» en Cataluña es mejor con Pedro Sánchez que con Mariano Rajoy, y que no desea volver a la «gran depresión de 2017», que representó «un enfrentamiento de catalanes y un rechazo al resto de España». Por ello, ha subrayado la importancia de anular la sedición para «favorecer que en un momento se dé la extradición» de Puigdemont. Por lo que respecta a la reforma del delito de malversación también planteada por su Gobierno, Calviño ha declinado pronunciarse hasta no contar con mayor información sobre la cuestión.