La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado este lunes a un joven universitario de Lleida de tres años y cuatro meses de prisión por su participación en las algaradas organizadas en octubre de 2019 por la organización anónima separatista Tsunami Democràtic. El condenado, para que el a fiscalía pedía 9 años de cárcel, participó en el intento de asalto al Aeropuerto del Prat que se produjo el día 14 de octubre de aquel año, justo la jornada en la que el Tribunal Supremo dio a conocer las sentencias contra los líderes del procés que habían organizado el referéndum ilegal de octubre de 2017.
El condenado tendrá que pagar, además, una multa de 1.400 euros, según han fijado los tres magistrados de la sala. Su abogado, Carlos Esteve, ha solicitado que no entre en prisión por considerar que, según establece el Código Penal en su artículo 80.3, esta se puede evitar si las penas por separado no superan los 24 meses, según recoge El Nacional. El joven ha aceptado las acusaciones de la fiscalía, según las cuales participó junto a «una multitud de personas» en el asalto a la T1 del aeródromo barcelonés. Lo hizo «de forma activa» y «haciendo caso omiso a las órdenes policiales» para que despejaran la zona. En el mismo escrito, la fiscalía deja claro que el objetivo de los concentrados era «acceder a la terminal con la finalidad de atentar contra la paz pública y paralizar la actividad de dicha infraestructura crítica».
La fiscalía recuerda que el 14 de octubre de 2019, bajo las órdenes de Tsunami Democràtic, unas 200 personas se concentraron en la T1 logrando «paralizar» el servicio de Metro y bloquear a los pasajeros. Crearon con su actitud «una auténtica situación de caos«. El ahora condenado, que «ocultaba su rostro con un casco integral de motocicleta para impedir su identificación», cogió un extintor que se encontraba en la zona aeroportuaria y «dirigió la manguera de manera intencionada» hacia la cara de los agentes de los Mossos que se encontraban en la zona intentando dispersar la protesta. Algo que, añade el fiscal, hizo «con claro desprecio por el principio de autoridad que los agentes representan y por la integridad de los mismos». Después de pulverizarles con la espuma, el condenado lanzó el extintor hacia los mossos.