Un hecho reciente da cuenta tanto de la división dentro del secesionismo como de la degradación de sus medios públicos. Después de que el jefe de Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, exigiese explicaciones al Ayuntamiento de Puigcerdá, en manos de Junts per Catalunya, por la colocación de una placa bilingüe, el periodista de TV3, Esteve Soler, le llamó en redes sociales «chupapollas». «Es un auténtico chupapollas. Máximo exponente del chupapollismo», señaló el presentador.
Posteriormente, Soler borró el tuit pero, lejos de disculparse, expresó lo siguiente: «No como periodista de un canal público, sino como catalán, me ha dado la gana de borrarlo. Me dio la gana de escribirlo y ahora de borrarlo. Espero haber solucionado las dudas». Sin embargo, luego el periodista recapacitó y manifestó: «La verdad es que escribir el tuit fue un error. Y, por eso, pido disculpas sinceras a todos los que se hayan podido molestar».
El tuit fue difundido por el miembro del Consell per la República Rai López Calvet, que pidió explicaciones al canal autonómico por lo sucedido. «Hola TV3, ¿este señor está representando a la televisión pública de nuestro país?», escribió en su perfil de Twitter. Cabe decir que Soler es uno de los presentadores de informativos más populares de la televisión catalana, y actualmente lleva a cabo su labor en el canal 3/24. Es, también, autor de dos libros fruto de su experiencia como corresponsal: Llagrimes per la Nasser y Un català al laberint de Terra Santa.