Como se ha denunciado en más de una ocasión, la misión del Departamento de Exteriores catalán pasa por desprestigiar internacionalmente la imagen de España, retratándola como un Estado autoritario. Así lo ha confirmado, tras la remodelación del Govern emprendida por Aragonès, la consellera de Exteriores saliente, Victòria Alsina Burgués, que se ha despedido de su puesto presumiendo de haber denunciado en el extranjero durante sus viajes la «represión» del Estado.
«He realizado más de una veintena de viajes en los que hemos alcanzado importantes acuerdo para Cataluña con gobiernos, empresas, centros de investigación, universidad», señaló ayer Alsina. «Y he denunciado delante de organismos internacionales la vulneración de Derechos Humanos y la represión del Estado contra el independentismo», agregó. Asimismo, Alsina reveló: «Entre todos hemos convertido el Departament de Exteriores en una estructura de Estado. No renunciamos a hacer realidad el mandato del 1 de Octubre».
De la gravedad de la publicación dio cuenta el analista José Javier Olivas. «La consejera de asuntos exteriores se despide del puesto vanagloriándose de sus viajes por el mundo denunciando la «represión» del Estado y creando estructura de Estado para conseguir la independencia», describió Olivas. Y zanjó: «En otro país eso sería suficiente para que la fiscalía actuase».