Un argumento recurrente entre los defensores del veto al castellano vigente en la denominada Escola Catalana —que apoyan partidos nacionalistas como Junts y Esquerra pero también constitucionalistas como el PSC— es que la lengua propia de Cataluña es el catalán, obviando que el español, dada su condición de lengua común, es también lengua oficial en la comunidad catalana. Así, es frecuente escuchar a los nacionalistas que es normal excluir el español en Cataluña, de la misma manera que en Francia se estudia solo en francés y en Alemania solo en alemán. Lo que subyace bajo esta explicación, según sus críticos, es que el castellano es una lengua extranjera en Cataluña.
La última en justificar la exclusión del castellano como lengua vehicular ha sido la diputada en el Congreso de ERC por Gerona Monserrat Bassa. Y es que, después de atribuir el supuesto consenso en Cataluña alrededor de la inmersión a que «las derechas» apenas tienen representación en el Parlamento catalán, ha defendido el monolingüismo de esta forma: «El catalán tiene que ser y será la lengua vehicular de la enseñanza en Cataluña, de la misma manera que el castellano ha de ser y será de la enseñanza en Castilla».
Estas declaraciones no han tardado en ser respondidas por la asociación probilingüismo Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB). «El catalán y el castellano han de ser lenguas vehiculares de la enseñanza en Cataluña», ha defendido la AEB. Y ha aclarado: «El castellano es lengua oficial en Cataluña y lengua mayoritaria de los catalanes, aunque algunos les pese».